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domingo, 31 de mayo de 2015

NUEVO MÉTODO DE ANÁLISIS PARA EL CÁNCER DE MAMA


El tamoxifeno es un profármaco ampliamente utilizado en el tratamiento de cáncer de mama, pero la respuesta de cada persona al mismo depende de su capacidad para metabolizarlo a endoxifeno. Investigadores del Departamento de Química Analítica de la Universitat Jaume I (España), del Departamento de Criminología y Ciencias Forenses de la Dr. H.S. Gour University, (Sagar, India) y del Hospital Provincial de Castellón (España) han desarrollado un nuevo método que permite, a través de un simple análisis de sangre, conocer en un corto espacio de tiempo cómo metaboliza cada paciente el fármaco, información que es de gran utilidad para conocer la posible respuesta al tratamiento, y en función de ésta, ajustar la dosis del fármaco.
El éxito del tratamiento basado en el tamoxifeno depende en gran medida de la capacidad de una de las enzimas de la familia del citocromo P450 para metabolizar el fármaco y convertirlo en su metabolito más activo, el endoxifeno, cuya actividad antitumoral es muy superior a la del tamoxifeno. Los investigadores del grupo de investigación de Química Bioanalítica de la UJI y del Laboratorio de Biopatología Molecular del Hospital Provincial de Castellón, Josep Esteve, Juan Peris Vicente y Enrique Ochoa, explican que “la familia del citocromo P450 consta de muchos genes, uno de los cuales el CYP2D6 contiene muchas variantes genéticas (polimorfismos), unas más activas que otras para el metabolismo de múltiples fármacos, entre los cuales destaca el tamoxifeno. El médico normalmente carece de esta información genética y por tanto no sabe la capacidad de respuesta del paciente. También hay que tener en cuenta que existen otros factores que influyen en la capacidad de respuesta como la dieta o la interacción con otros medicamentos”.
Una posible vía para evaluar la respuesta individual al tamoxifeno es medir los niveles del profármaco y sus derivados en sangre periférica del paciente. El método desarrollado aplica la denominada cromatografía líquida micelar junto con la detección de fluorescencia para cuantificar el tamoxifeno y endoxifeno en muestras de plasma tomadas a pacientes de cáncer de mama al menos un mes después de que se les administre el tratamiento. “El análisis permitió ver la capacidad metabólica del tamoxifeno por parte de los pacientes al comprobar las variaciones en los niveles de tamoxifeno y endoxifeno, que a su vez fueron correlacionadas mediante el análisis genético de sus polimorfismos del gen CYP2D6, que clasificaban a los pacientes en metabolizadores ultrarrápidos, extensivos, intermedios y pobres. Con ello se comprobó tal asociación, lo que permitiría mediante un simple análisis por MLC ajustar mejor la dosis del fármaco, incrementando las posibilidades de éxito del tratamiento”, explican los investigadores.
El investigador de la UII Josep Esteve destaca que “en comparación con otros métodos existentes, el enfoque desarrollado permite realizar pruebas de evaluación de la capacidad de metabolización del tamoxifeno en un laboratorio clínico en un tiempo razonable y sin los elevados costes que conllevan otro tipo de pruebas”.

sábado, 30 de mayo de 2015

DESCIFRAN EL GENOMA Y EPIGENOMA DE Arabis alpina




La canastilla de plata (Arabis alpina) es una planta que pertenece a la familia de las Brassicaceae, que incluye más de 3.000 especies diferentes, entre ellas varias cosechas de gran importancia económica como la colza, la col o la mostaza. La secuenciación del genoma y epigenoma de esta planta aporta claves sobre su resistencia a temperaturas extremas.
Investigadores del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas (CBGP), formado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), en España, han participado en la secuenciación del genoma y el epigenoma de la Arabis alpina.
El trabajo, para el que se han empleado las técnicas más avanzadas de secuenciación genómica, epigenómica y de bioinformática, ha revelado que el genoma de la Arabis alpina abarca 375 millones de pares de bases de ADN (Mb), casi tres veces el de la Arabidopsis thaliana (130 Mb), una especie estrechamente relacionada y que se tomaba como referencia para su investigación hasta el momento.
Las razones para ese mayor tamaño responden principalmente a la acumulación de transposones (secuencias repetidas móviles capaces de replicación autónoma en el genoma), que representan cerca del 50% del ADN del núcleo de la célula. En el caso de la Arabidopsis thaliana, esas secuencias repetidas solo suponen un 25% de ese ADN.
Los datos, publicados en la revista Nature Plants, revelan que en la Arabis alpina, un especie perenne y resistente a temperaturas extremas, estos elementos transponibles (secuencias de ADN que pueden cambiar de posición dentro del genoma) son más abundantes en la proximidad de los centrómeros cromosómicos y su actividad está determinada por modificaciones epigenéticas especiales, como metilación de lisinas en ciertas histonas o la escasa metilación de citosinas en el DNA. Todas estas características, hasta ahora desconocidas, subrayan la importancia del epigenoma en la evolución de la familia de las Brassicaceae.
“Siendo esta una especie perenne y resistente a temperaturas extremas, esta investigación básica puede ayudar a obtener cosechas con estas características. Este tipo de cultivos probablemente serán altamente demandados en un futuro próximo para alimentar a una población creciente (más de 9.000 millones en 2050) en condiciones adversas, como el cambio climático”, explica Pilar Carbonero, investigadora del grupo de Biotecnología y Genómica de Semillas del CBGP.


jueves, 28 de mayo de 2015

NUEVAS CLAVES EN LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER




Un nuevo trabajo, fruto de una colaboración entre el laboratorio del investigador José Conejo García de la Universidad de Philadelphia, Estados Unidos, y el Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME), en Argentina, revela el vínculo que existe entre determinados microbios y el crecimiento de tumores a distancia en el organismo. Los resultados muestran que ciertas bacterias intestinales activan a determinados receptores llamados Toll (particularmente Toll 5 o TLR5). Esto induce una cascada de eventos inflamatorios que termina desencadenando el crecimiento tumoral. Según los investigadores, la posibilidad de descifrar las interacciones existentes entre ciertos microbios y el sistema inmune permitiría a futuro descubrir nuevas vías para combatir el cáncer.
“Se sabe que los seres humanos estamos colonizados con trillones de microbios (microbiota) en el tracto gastrointestinal, el respiratorio y en la piel”, explica Gabriel Rabinovich, investigador superior del CONICET en el IBYME y uno de los autores. “Estas bacterias son beneficiosas: su presencia constituye la primera línea de defensa contra ciertas infecciones y mantienen alerta la respuesta inmune”, agrega. Sin embargo, trabajos recientes demostraron que las interacciones entre ciertas bacterias y el sistema inmune resultan críticas para controlar en forma positiva o negativa la progresión de tumores.
Según comentan los investigadores, el sistema inmune es capaz de identificar a las bacterias a través del reconocimiento de los receptores TLR (Toll-like receptors) presentes en las células del sistema inmune. Se sabe que alrededor del 7.5 por ciento de la población posee una secuencia diferente en este receptor que anula la función de un TLR: el TLR5.
“Esta ‘inofensiva’ variante en la secuencia se denomina polimorfismo. A pesar de que este polimorfismo se encuentra en individuos totalmente sanos, se sabía que estaba asociado con un aumento en la susceptibilidad a determinadas enfermedades relacionadas con infecciones”, dice Rabinovich, y comenta que hasta ahora se desconocía su influencia en cáncer.
Recientemente se demostró que cuando la microbiota del intestino activa la vía del TLR5 se desencadenan eventos que afectan la progresión tumoral, aún cuando los tumores se encuentren fuera del intestino. Lo que se encontró fue que la señalización a través del TLR5 modula el avance de ciertos tipos de cáncer extra-intestinales y que esto depende de la capacidad del tumor de producir IL-6, una pequeña molécula (citoquina) que aumenta la inflamación.
“En ratones con cáncer de ovario o sarcoma, que tienen el TLR5 activo, las bacterias comensales son capaces de estimular la producción de IL-6 y estimular a dos tipos diferentes de células para que aumente la producción de galectina-1, una proteína con propiedades inmunosupresoras y cuya presencia promueve el escape a la respuesta inmune de las células tumorales, la formación de nuevos vasos y el crecimiento tumoral”, explica Rabinovich, quien junto a su equipo estudia hace años el rol de esta proteína en cáncer y enfermedades inflamatorias.
Según los autores, lo interesante de estos resultados es que este fenómeno pro-tumoral dependía de la presencia de bacterias comensales. Si a los ratones con TLR5 activo se los trataba con antibióticos, o sea que se mataban las bacterias comensales de su intestino, el crecimiento del tumor distante disminuía.
En este sentido el equipo demostró que en cáncer de mama ocurre lo opuesto. Ratones que poseen el mismo polimorfismo, o sea que no tienen el TLR5 funcional, poseen tumores incapaces de producir IL-6 también pero presentan aún un crecimiento tumoral más agresivo. Rabinovich explica que, en estos casos, la molécula clave es otra citoquina llamada IL-17, que se produce en altas cantidades e induce el crecimiento tumoral. 

domingo, 24 de mayo de 2015

EL CACAO AYUDA A RETRASAR LA DIABETES TIPO 2 EN RATONES


El cacao es un alimento rico en compuestos bioactivos como los flavanoles, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Recientemente, se ha demostrado en cultivos celulares que los flavanoles del cacao poseen efectos antidiabéticos al promover la funcionalidad y la supervivencia de las células beta del páncreas.
En un estudio, publicado en la revista Molecular Nutrition and Food Research por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad Complutense de Madrid y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) del Instituto de Salud Carlos III, todos ellos en España, se ha comprobado este potencial efecto antidiabético por primera vez en un modelo animal de diabetes tipo 2, una enfermedad que afecta a más de 5 millones de personas en España.
Los resultados del trabajo muestran que los modelos con ratones alimentados con la dieta rica en cacao durante la etapa pre-diabética –entre las semanas 6 y 15 de vida– fueron capaces de disminuir sus niveles de hiperglucemia, mejorar su sensibilidad a la insulina y ralentizar la pérdida de la masa y la función de las células beta pancreáticas. Estos animales, además, presentaron un aumento de la actividad de las defensas antioxidantes del páncreas que sirvió para mejorar la situación de estrés oxidativo y muerte celular que ocurre en el estado pre-diabético.
"Estos resultados evidencian por primera vez en un modelo animal in vivo que el cacao podría proteger frente a la pérdida de la función y de la masa de células beta del páncreas que tiene lugar en la diabetes tipo 2 y retrasar, por tanto, la progresión de la enfermedad. Sin embargo, es necesario realizar más investigaciones que permitan definir la magnitud real de estos beneficios y sobre todo esclarecer sus mecanismos de acción", explica la doctora María Ángeles Martín, investigadora del ICTAN y del CIBERDEM que ha liderado esta investigación.
"El cacao y sus flavanoles –prosigue la doctora Martín– han suscitado una gran atención por su potencial para prevenir la diabetes tipo 2. Se sospecha que la disfunción de las células beta se debe en parte al estrés oxidativo que aparece en la fase pre-diabética. Por lo tanto, el interés en la identificación de compuestos antioxidantes naturales que contribuyan a la preservación de las células beta ha crecido rápidamente hasta el punto de ser considerado estratégico para prevenir o tratar esta enfermedad".

jueves, 21 de mayo de 2015

CRISPR: CORTA Y DESTRUYE EL VIRUS DEL SIDA


Un fármaco ideal contra el SIDA debería prevenir la infección causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), tratar a los pacientes ya infectados, e incluso eliminar todas las copias latentes del virus en aquellas personas que padecen la etapa más avanzada de la enfermedad. La meta es muy ambiciosa, pero unos científicos del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla, California, Estados Unidos, han logrado dar un paso más hacia la creación de tal fármaco, adaptando un poderoso sistema de defensa utilizado por muchas bacterias y entrenando a esta maquinaria, comparable a unas tijeras, para reconocer al virus del SIDA.
Cuando una copia del virus VIH entra furtivamente en una célula humana, puede causar estragos. Se apodera de la maquinaria molecular de la célula para hacer copias del material genético vírico y después entierra esas copias en los propios genes de la célula. A partir de aquí, la célula del anfitrión se convierte en una fábrica de virus VIH, creando nuevas copias de él que se propagan por el cuerpo. Los fármacos actuales para el VIH se centran en sabotear pasos individuales de este ciclo de vida; algunos evitan que el virus se integre en el ADN de las células, por ejemplo, mientras que otros intentan impedir que las células afectadas produzcan más virus.
El problema con estos fármacos es que no eliminan las copias del virus que están ocultas dentro del ADN de las células. Estas copias pueden permanecer latentes durante años y activarse entonces de nuevo.
Los pacientes normalmente necesitan tomar los fármacos contra el VIH cada día o cada semana durante el resto de su vida, debido precisamente a que el virus permanece latente. Esto no constituye una solución definitiva tras la cual uno pueda olvidarse de la enfermedad. Además, esta clase de medicación es costosa, lo cual ha protagonizado no pocos dramas en países donde la sanidad pública no está garantizada o es precaria.
Para combatir este problema, el equipo de Juan Carlos Izpisúa Belmonte y Hsin-Kai (Ken) Liao, del Laboratorio de Expresión de Genes del citado instituto, se centró en un sistema de defensa molecular llamado CRISPR que las bacterias utilizan para trocear ADN extraño cortándolo por puntos específicos. Desde que, no hace mucho, se descubrió esta habilidad del CRISPR, numerosos científicos han comenzado a usar el CRISPR para editar genes. Pero Liao e Izpisúa Belmonte se sintieron también intrigados por su capacidad defensiva y se preguntaron si el CRISPR podría ser programado para cortar y destruir virus dentro de células humanas.
CRISPR utiliza pedazos de material genético llamados ARNs guías para dictar los cortes, así que los científicos desarrollaron ARNs guías que se enlazaban a puntos concretos del virus VIH. Añadieron CRISPR, las ARNs guías y otras moléculas necesarias para que funcione el sistema en células inmunitarias que habían sido infectadas con VIH, y hallaron que CRISPR cortó exitosamente por los puntos adecuados los genes del VIH, inactivando al virus. Esto significó la eliminación completa del virus en hasta el 72 por ciento de las células. CRISPR no solo cortó las copias sueltas del virus a medida que comenzaban a infectar la célula, sino que también hizo lo mismo con el VIH que estaba oculto y latente dentro del ADN de las células.
Si bien otros grupos de investigación han tomado caminos similares a la hora de utilizar el CRISPR sobre el VIH, el nuevo estudio muestra que el método es efectivo contra virus VIH completos y activos, y no solo contra versiones incompletas e inactivas del virus.

Actuación de CRISPR


miércoles, 20 de mayo de 2015

RELACIÓN ENTRE OBESIDAD Y NEUROTRANSMISORES


Una investigación reciente ha revelado nuevos detalles acerca de cómo la obesidad está asociada con una neurotransmisión alterada del sistema opioide en el cerebro, un sistema íntimamente implicado en la generación de sensaciones placenteras.
Los autores del estudio, de las universidades de Aalto y Turku en Finlandia, han constatado que la obesidad aparentemente está asociada con una cantidad bastante menor de lo normal de receptores opioides en el cerebro. Sin embargo, no se observaron cambios en el sistema neurotransmisor de la dopamina, que regula los aspectos motivacionales del comer.
La obesidad es un gran reto para la salud humana en todo el mundo porque está vinculada a dolencias tales como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. Aunque es bien sabido que la composición de la dieta es un factor clave en el peso corporal del individuo, a menudo a las personas obesas les cuesta mucho resistirse a la tentación de darse atracones de alimentos sabrosos, por lo general ricos en grasa.
Lo descubierto por el equipo de Lauri Nummenmaa y Henry Karlsson, de la Universidad de Aalto, deja muy claro hasta qué punto la obesidad está asociada con cambios moleculares en el cerebro. Es posible que la escasez de receptores opioides en el cerebro predisponga a los sujetos obesos a comer más de la cuenta para compensar la menor intensidad de las reacciones de satisfacción y saciedad generadas por este sistema al comer, tal como aventuran los autores del estudio.


martes, 19 de mayo de 2015

CREAN UNA VACUNA CONTRA TRES TIPOS DE CÁNCER EN RATONES




Científicos alemanes y estadounidenses han creado una vacuna para ratones que permite combatir tumores de pulmón, piel y colon. A partir de un análisis bioinformático, han diseñado secuencias de ARN mensajero sintético que se introducían en los roedores para desencadenar la reacción del sistema inmunitario.
Los expertos, liderados por Sebastian Kreiter de la Universidad de Johannes Gutenberg de Alemania, explican que hasta ahora el principal obstáculo para el desarrollo de este tipo de vacunas era que cada tumor posee un repertorio único de mutaciones –que han bautizado como metanoma–, difícilmente identificable por las células inmunitarias.
Sin embargo, descubrieron que la mayor parte del metanoma de tres tipos distintos de tumores en ratones –causantes de cáncer de pulmón, piel y colon– podía ser detectada por los linfocitos T CD4+, capaces de maximizar las capacidades de defensa del sistema inmunitario.
Por lo tanto, una vacuna que activara estos linfocitos permitiría una respuesta más rápida e intensa contra el tumor. Los resultados han sido publicados esta semana en la revista Nature.
Para llegar a este hallazgo, los investigadores identificaron las mutaciones de células extraídas a los roedores gracias a la secuenciación del exoma –que recoge las partes codificantes de los genes que formarán el ARN mensajero maduro–.
Después seleccionaron cuáles iban a ser tratadas con las vacunas gracias a una evaluación bioinformática, basada en su nivel de expresión y características.
A partir de los resultados, los expertos diseñaron secuencias específicas de ARN mensajero sintético que permitía que las células detectaran y rechazaran los tumores. La eficacia de estas vacunas fue comprobada en un grupo de ratones que mostraron mayores niveles de supervivencia respecto a los que no habían sido inmunizados.
“El enfoque de la inmunoterapia a medida puede servir como modelo universal para estos tipos de cáncer, permitiendo combatir a los tumores gracias a vacunas producidas a tiempo”, concluyen los autores.

domingo, 17 de mayo de 2015

DUPLICAN LA VIDA EN RATONES CON ENVEJECIMIENTO PREMATURO

El envejecimiento es un proceso intrínseco a la vida, resultado entre otros fenómenos de la acumulación progresiva de daño en el ADN celular. Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en España, liderados por Óscar Fernández-Capetillo, describieron ya en 2009 cómo ratones con niveles reducidos de la proteína ATR, involucrada en la reparación del genoma, envejecían más rápido de lo normal.
Ahora, un trabajo publicado por el mismo equipo en la revista Genes & Development ha conseguido duplicar la esperanza de vida de estos ratones, frenando así el envejecimiento prematuro. La estrategia: introducir una mutación que incrementa la capacidad de producir nucleótidos –los 'ladrillos' que componen el ADN, o dNTPs– disponibles en las células.
Los autores partieron de trabajos previos realizados en el organismo unicelular Saccharomyces cerevisiae, levadura en la cual se había visto que un nivel elevado de nucleótidos era capaz de mejorar la viabilidad de células mutantes para la proteína ATR. “Si bien la levadura no envejece propiamente, nosotros habíamos visto que la mutación de ATR en ratones también era patológica, lo que nos hizo explorar si un incremento en los nucleótidos también podría aliviar el envejecimiento prematuro observado en estos animales”, dicen los investigadores.
Para saber si los resultados en mamíferos podían estar en sintonía con los de la levadura, crearon un ratón con una doble alteración genética, es decir, además de la mutación original en ATR causante del envejecimiento prematuro, los animales contenían también múltiples copias de Rrm2, gen clave para la síntesis de nucleótidos. Los resultados mostraron cómo el nuevo ratón revertía en gran parte los defectos en longevidad, incrementando la supervivencia de 24 semanas de media a 50 semanas.
Los ratones mutantes para ATR estaban basados en una enfermedad llamada Síndrome de Seckel, u originariamente “enanismo de cabeza de pájaro”, e independientemente del envejecimiento, los síntomas asociados a esta enfermedad también mejoraron con esta novedosa estrategia.
El genoma de todo ser vivo contiene ciertas zonas frágiles, que se definen así por su tendencia a romperse espontáneamente, y que pueden ser fuente de alteraciones en el funcionamiento de las células, e incluso de enfermedad. Los estudios descritos en este trabajo demostraron que aquellos ratones con copias adicionales de Rrm2 sufrían menos roturas en estas zonas frágiles, siendo este el primer mamífero descrito que presenta un genoma con menor fragilidad que el de un ratón normal.
Sin embargo, aún queda por descubrir si estos resultados tienen relevancia en el contexto del envejecimiento normal, en vez del prematuro. En cualquier caso, los autores apuntan que una práctica estándar en medicina es la de dar suplementos de ácido fólico (o vitamina B12) en personas de avanzada edad para retrasar o paliar sintomatologías degenerativas asociadas a la vejez. Teniendo en cuenta que el ácido fólico es, entre otras cosas, una molécula precursora en la síntesis de nucleótidos, los resultados indican que la escasez de nucleótidos podría contribuir al proceso de envejecimiento en humanos.
“La pregunta que nos hacemos ahora es si un incremento en la capacidad de producir nucleótidos podría también incrementar la esperanza de vida en animales normales, sin envejecimiento prematuro”, dice Fernández-Capetillo. 

sábado, 16 de mayo de 2015

ACABAN CON LA INMORTALIDAD DEL CÁNCER


Cuando ciertos genes reguladores dejan de funcionar, comienzan a multiplicarse muy rápidamente y provocan daños al propio organismo que las ha permitido desarrollarse. Para ello, sufren varias transformaciones que las hacen inmortales. Por ejemplo, «aprenden» a evitar el acortamiento de los telómeros, que son los extremos de los cromosomas donde se empaqueta el material genético. Así, mientras que las células sanas están programadas para morir porque sus telómeros se acortan con cada division, las células malignas son capaces de reparar sus telómeros de forma permanente y de vivir de forma ilimitada.
Ahora, un equipo de investigadores españoles del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) que forman parte del grupo de María Blasco, ha desarrollado un mecanismo para atacar los telómeros de las células tumorales y bloquear el desarrollo del cáncer. El remedio consiste en bloquear una proteína protectora de estos telómeros, llamada TRF-1, pero sin afectar al mismo tiempo a las células sanas. El avance ha sido publicado en la revista «EMBO Molecular Medicine» y de momento se ha traducido en el desarrollo de un fármaco experimental que bloquea el cáncer de pulmón en ratones de laboratorio.
«Al inhibir TRF1 lo que estamos haciendo es destruir el escudo protector de los cromosomas, que a su vez es esencial para garantizar la división celular. Al destruir el escudo lo que hacemos en generar un daño agudo en los telómeros, que resulta en que las células del cáncer entren en senescencia celular o mueran al intentar dividirse», explica a ABC María Blasco, una de las autoras del estudio, en el que también han participado varios departamentos del CNIO y el departamento de Cirugía y Medicina Animal de la Universidad Complutense de Madrid.
Tal como explican los investigadores, el trabajo se ha realizado con ratones afectados con cáncer de pulmón, una de las variedades que tiene mayores tasas de mortalidad en el mundo y para el que no existían hasta ahora dianas terapéuticas eficaces, es decir, objetivos específicos a los que atacar con fármacos. Pero con este nuevo estudio esta situación podría haber cambiado.
Lo cierto es que los científicos estaban al principio preocupados porque al atacar a los escudos de los telómeros de las células tumorales también se pudiera dañar a los telómeros de las células sanas, y por eso esta aproximación no se había probado hasta ahora. Pero al ponerla a punto, han conseguido «matar a las células cancerosas de forma eficiente y bloquear el desarrollo de los tumores, con unos efectos secundarios soportables».
María Blasco cree que esto ocurre porque «en los tejidos normales, al haber mucha menos división celular que en el tumor, se genera comparativamente menos daño en las células». Y esto es muy importante, porque en su opinión, esto permitiría atacar a las proteínas protectoras de los telómeros (como TRF-1) en otros tipos de cáncer.

Para hacer este descubrimiento, los investigadores primero seleccionaron a la proteína TRF1 entre una familia de proteínas protectoras de los telómeros que se llaman «shelterinas», (del inglés «shelter», refugio), porque tenían la capacidad de afectar a las células troncales del cáncer, que son aquellas responsables de la recurrencia de los tumores a lo largo del tiempo. Luego, crearon ratones modificados genéticamente en los que esta proteína TRF1 estaba inhibida, y así observaron que los sanos sufrían pocos efectos secundarios y que el crecimiento de los tumores se bloqueaban en los ratones que debían desarrollar el cáncer de pulmón.
Después de averiguar que al bloquear TRF1 las células sanas no sufrían graves consecuencias y que las tumorales sí, buscaron compuestos químicos que inactivaran a esta proteína, para en el futuro usarlos como fármacos anti cáncer. Trabajando junto al Programa de Terapias Experimentales del CNIO, encontraron dos compuestos capaces de bloquear a TRF1. «El siguiente paso es desarrollar estos compuestos a fases más avanzadas para que se puedan probar en humanos», explica María Blasco. Con el apoyo económico adecuado, en el horizonte está inhibir el desarrollo de tumores a través de un medicamento que se pueda administrar oralmente y con pocos efectos secundarios.
Maria Blasco


viernes, 15 de mayo de 2015

UN NUEVO MECANISMO DE COMUNICACIÓN ENTRE CÉLULAS ABRE LAS VÍAS PARA EL CONTROL DE LAS METÁSTASIS

 
La comunicación entre las células es clave para el funcionamiento coordinado de los órganos del cuerpo. La pérdida de esta comunicación es uno de los aspectos característicos de distintas enfermedades, como el cáncer o las enfermedades inflamatorias crónicas.
Tradicionalmente, la pérdida de comunicación entre células había sido entendida como una alteración de señales puramente bioquímicas, como las hormonas. En los últimos años, el grupo dirigido por Xavier Trepat, investigador ICREA en el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC), en España, ha puesto en cuestión esta visión tradicional y ha trabajado con la idea de que la comunicación física entre células es tan importante como la química.
En un estudio publicado en la revista Nature Cell Biology, el equipo declara haber identificado las moléculas involucradas en esta comunicación física. Algunas de estas moléculas están alteradas en varios cánceres y, por lo tanto, los mecanismos descubiertos abren nuevas posibilidades para el control de la metástasis.
“Dado que las células de los tejidos están en contacto físico, siempre hemos pensado que la comunicación mediante fuerzas físicas puede ser más rápida y eficiente que la comunicación mediante los mecanismos puramente bioquímicos que aparecen en los libros de texto”, indica Trepat.
Para identificar las proteínas responsables de la comunicación física entre células, el grupo de Trepat y sus colaboradores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y de la Universidad Rovira i Virgili (URV) han desarrollado nuevas estrategias experimentales combinando biología molecular, nanotecnología y modelos matemáticos. Los resultados han sido sorprendentes. “Esperábamos encontrar una sola proteína responsable de la transmisión de fuerzas entre células, y hemos encontrado una docena”, señala Trepat.
Lo que más ha impactado a los investigadores ha sido descubrir cómo estas proteínas actúan conjuntamente. “Nuestro análisis sugiere que las proteínas controlan la fuerza de un modo muy parecido a como los actuales sistemas electrónicos controlan los electrodomésticos, es decir, usando lo que los ingenieros denominan sistemas de control proporcional-integral-derivativo. Estos indicios apuntan que las células ya habían desarrollado sistemas de control tan avanzados como los nuestros hace millones de años”, afirma Trepat.
El siguiente paso del grupo es profundizar en estos mecanismos de control y estudiar cómo sus alteraciones promueven la metástasis. El objetivo final es poder reconducir estas alteraciones hacia un comportamiento fisiológico. “Estamos topando con escenarios muy complejos. No se trata simplemente de una única proteína que cambia sus niveles, sino de varias proteínas que tienen papeles complementarios, pero que compiten entre sí”, indica Trepat.


jueves, 14 de mayo de 2015

OLAPARIB: FÁRMACO CONTRA EL CÁNCER DE OVARIO, DEMUESTRA SU EFICACIA CONTRA EL CÁNCER DE PRÓSTATA


El gen BRCA, además del cáncer de mama, también puede ser una diana farmacológica para el cáncer de próstata. El fármaco olaparib -el primer medicamento que se dirige a mutaciones hereditarias- parece ser eficaz en cáncer de próstata y podría sumarse así al arsenal terapéutico disponible para este tumor masculino
Olaparib es un medicamento aprobado para el cáncer de ovario con mutaciones BRCA, pero según esta nueva investigación también podría beneficiar a los hombres con defectos genómicos dentro de sus tumores.
El trabajo presentado durante la Asociación Americana de Investigación del Cáncer (AACR) muestra que hasta el 30% de los hombres con cáncer de próstata avanzado tenían tumores con defectos en la reparación del ADN y que respondieron bien a olaparib. Y los que tenían mayor probabilidad de beneficiarse podrían ser identificados mediante pruebas genéticas diseñados para buscar mutaciones en genes responsables de la reparación del ADN, como los genes BRCA.
Este ensayo en fase II, dirigido por investigadores del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres y el Royal Marsden NHS Foundation Trust (Reino Unido), ha analizado la respuesta de 49 hombres con cáncer de próstata avanzado resistente a un tratamiento con olaparib, y 16 (32,7%) respondieron al fármaco.
Los resultados mostraron que olaparib detenía el crecimiento del cáncer de próstata, provocando caídas en los niveles de antígeno prostático específico (PSA) y en la circulación de los recuentos de células tumorales en la sangre. Además, vieron que la tasa de respuesta era mucho mayor en los pacientes cuyos tumores portaban mutaciones de genes implicados en la reparación del ADN. De hecho, de los 16 pacientes con estas mutaciones detectables, 14 respondieron a olaparib. La mayoría de ellos, todos tenían cáncer de próstata terminal con opciones de tratamiento limitadas, controlaron la enfermedad mucho más tiempo de lo esperado.
Los expertos explicaron que estos resultados permiten una segunda fase del estudio, esta vez sólo en hombres con mutaciones de reparación del ADN detectables. Si los resultados se replican, olaparib podría convertirse en una opción de tratamiento en el cáncer de próstata avanzado.
En este sentido, Johann de Bono, del Instituto de Investigación del Cáncer, de Londres, señala que «olaparib es efectivo en hombres con defectos en los genes de reparación del ADN que no necesariamente tienen un riesgo hereditario de cáncer». Esta información ,a añade «abre una emocionante posibilidad de ofrecer un tratamiento preciso para los pacientes con cáncer de próstata avanzado basado en las pruebas genómicas y en las características moleculares particulares de los tumores de los pacientes ».
El ensayo también es interesante porque demuestra que los inhibidores de PARP pueden ser eficaces en un amplio grupo de pacientes, tanto varones como mujeres, con mutaciones en sus tumores.
«En los últimos años hemos visto una mejora significativa en la esperanza y la calidad de vida en los pacientes con cánceres de próstata más. Y gracias a los ensayos clínicos, como éste, olaparib podría ser el próximo fármaco para añadir a los ya disponibles», opina Emma Hall, del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres.

Fuente: ABC


lunes, 11 de mayo de 2015

PLANTAS DE TABACO PARA ELABORAR BIOCOMBUSTIBLES




Las plantaciones de tabaco y toda la economía agrícola basada en ellas afrontan tiempos difíciles. Los daños que el hábito de fumar causa en la humanidad son una pesada losa que hunde inexorablemente a este sector. Pero quizá se podría llegar a una solución tanto para estas comunidades agrícolas como para el resto de la sociedad. Cultivar plantas de tabaco genéticamente modificadas para resultar útiles al creciente negocio de los biocombustibles puede ser la clave para dar nueva vida a las plantaciones de tabaco sin que deban depender del nefasto cigarrillo para su supervivencia.
Esta línea de investigación la está siguiendo Bioforsk (el Instituto Noruego de Investigación Agrícola y Medioambiental). Aquí, el equipo de la biotecnóloga Jihong Liu Clarke está desarrollando un método de producción a bajo costo de enzimas de utilidad industrial empleando para ello plantas de tabaco modificadas genéticamente, un concepto que se podría definir como fábrica “verde”, en contraposición a la factoría química tradicional, a menudo muy contaminante. Las enzimas así generadas serán capaces de descomponer la biomasa de materias primas forestales. Esto es fundamental para conseguir una producción más eficaz, económica y sostenible de biocombustibles. Las enzimas se podrán utilizar en la producción de biocombustibles de segunda generación, y para elaborar productos bioquímicos capaces de reemplazar a varios productos derivados del petróleo. Los biocombustibles de segunda generación se caracterizan esencialmente por estar hechos a partir de biomasa no comestible.
Otra ventaja de este concepto de “fábrica verde” es que su coste potencial es muy inferior al de la fábrica convencional.

 

El primer paso para producir biocombustibles de origen forestal es descomponer la biomasa en azúcares. Para hacer esto, la fábrica tradicional necesita un cóctel de enzimas. Actualmente el costo de producción de las enzimas es alto, lo que constituye un serio obstáculo para poner en marcha una industria de la biorrefinería sostenible y rentable.
Las plantas modificadas pueden elaborar las enzimas, y para ello solo necesitan dióxido de carbono y la energía del Sol, recursos gratuitos. El proceso completo de elaboración vegetal de las enzimas es por tanto muy barato, además de respetuoso con el medio ambiente. Cuando el nuevo sistema está debidamente desarrollado y perfeccionado, puede que marque un antes y un después en el campo comercial de los biocombustibles.

domingo, 10 de mayo de 2015

LA PRIMERA VACUNA CON EL VIRUS DEL ÉBOLA COMPLETO Y DESACTIVADO




Cuando se cumple el primer aniversario de la declaración de epidemia del brote de ébola en África occidental por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU y la Universidad de Tokio han desarrollado una nueva vacuna contra el ébola que ha demostrado su eficacia en monos macacos.
La principal novedad reside en que está basada en el virus completo de esta enfermedad y no en diversos trozos como las vacunas diseñadas hasta ahora por otros equipos científicos. Los resultados del trabajo se publican en el último número de la revista Science.
El equipo, dirigido por Yoshihiro Kawaoka, profesor de patobiología de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU) y experto en gripe aviar, ébola y otros virus peligrosos, intenta diseñar una vacuna más segura que las que están siendo sometidas a ensayos clínicos en la actualidad.
Varias vacunas experimentales, incluida una basada en el virus vivo, se están probando ahora en humanos, pero existe una gran preocupación respecto a los requerimientos de dosis altas y de seguridad.
De hecho, “los ensayos clínicos de la vacuna basada en el virus vivo han tenido que interrumpirse debido a efectos secundarios en algunos pacientes”, explica Kawaoka.
Según el científico, la nueva vacuna “se diferencia de las que se están probando porque utiliza el virus completo del ébola desactivado, lo que hace que el sistema inmune mejore con el aporte completo de las proteínas y los genes virales del ébola”. Todo ello se traduce en una mayor protección. Además –añade– “es una vacuna muy segura”.
Su desarrollo ha sido llevado a cabo en una plataforma experimental creada por Peter Halfmann, un investigador del laboratorio de Kawaoka en 2008. El sistema permite a los científicos trabajar de forma segura gracias a la supresión de un gen clave, conocido como VP30, que el virus del ébola utiliza para producir una proteína necesaria para reproducirse en las células huésped.
Pese a ser tan letal, el virus del ébola tiene solo ocho genes y, como la mayoría de los virus, depende de la maquinaria molecular de la célula huésped para crecer y convertirse en contagioso.
Utilizando herramientas de ingeniería genética, los investigadores han modificado las células de riñón de los monos para que expresaran la proteína VP30. De esta forma, el virus pudo ser estudiado de forma segura en el laboratorio y se utilizó como base para la elaboración de la nueva vacuna.
Para añadir mayor seguridad, los científicos han realizado también una desactivación química usando peróxido de hidrógeno, tal y como detalla el estudio.
El ébola surgió por primera vez en 1976 en Sudán y Zaire. El brote actual en el África occidental se ha cobrado hasta el momento más de 10.000 vidas. No hay tratamientos probados, aunque en los últimos años se han diseñado varios tipos de vacunas, cuatro de los cuales han pasado recientemente a la fase de ensayo clínico.
Todas ellas, según el científico japonés, “tienen inconvenientes en lo que se refiere a la seguridad y la administración”.
La vacuna que ahora presenta Kawaoka aún no ha sido ensayada en humanos. Sin embargo, las pruebas llevadas a cabo con éxito con macacos cynomolgus (cangrejeros), muy susceptibles al virus del ébola, podrían conducir a más pruebas y ensayos clínicos de la nueva vacuna, apuntan los autores.
Las vacunas de virus completo se han utilizado con éxito para prevenir enfermedades como la polio, la gripe, la hepatitis y el cáncer de cuello uterino, agregan estas fuentes.
Los ensayos de la nueva vacuna se han realizado en los laboratorios de NIH en las Montañas Rocosas, en Hamilton (Montana, EE UU) que cuentan con un nivel de bioseguridad 4. Para Kawaoka, se trata del mejor modelo animal para el estudio del ébola. “Si se consigue una buena protección con este modelo, es que la vacuna funciona”, destaca.
Otro estudio publicado esta semana en Science señala que el virus responsable del brote de ébola no está mutando a una velocidad tan alta como la que indicaban las primeras investigaciones. Esto disipa los temores de que una mutación rápida permitiera al virus resistir a las terapias actuales y expandirse más rápidamente.
Aunque la actual epidemia de ébola es la más larga que se haya registrado, las secuencias del virus habían sido analizadas pocas veces y se pensaba que mutaba el doble de rápido que en otras epidemias de la misma enfermedad.
Para precisar esta velocidad, un equipo, liderado por Thomas Hoenen, biólogo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), ha obtenido la secuencia de dos cepas de ébola en Mali.
Comparando estas secuencias con las analizadas previamente, los científicos han comprobado que su tasa de mutación es más cercana a la observada en otras epidemias anteriores. También han encontrado contradicciones en los análisis de secuencias que se efectuaron al principio de la epidemia actual.

jueves, 7 de mayo de 2015

AVANCES CONTRA EL HUNTINGTON


Aunque a priori intervenir sobre un único gen o proteína responsable de una enfermedad, parece sencillo, no lo es. Tal es el caso de la proteína huntingtina, cuya mutación causa la enfermedad de Huntington, incurable y con poco tratamiento. Para empezar, se desconoce la función exacta de la huntingtina, aunque sí que se sabe que participa en numerosos procesos celulares y que resulta esencial para el desarrollo del sistema nervioso central. De hecho, el silenciamiento del gen (evitar que haya huntingtina) es incompatible con la vida, y hoy día evitar de forma específica la expresión de la huntingtina mutada supone todo un reto. Por ello, otras estrategias terapéuticas contemplan la posibilidad de frenar la progresión o de retrasar la aparición de la enfermedad. En este contexto, la investigadora Leire Valcárcel del Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal de la UPV/EHU, en España, ha realizado un estudio acerca de factores que podrían modificar la edad de inicio de la enfermedad, con el fin de actuar sobre ellos para poder retrasar e incluso, tal vez, evitar la aparición de la enfermedad.
También conocida como Corea de Huntington o baile de San Vito, la enfermedad de Huntington se define como un trastorno neurodegenerativo, genético, hereditario y poco frecuente, de comienzo tardío. Desde 1993, se conoce que esta grave enfermedad está causada por una única mutación, la expansión del triplete CAG (citosina-adenina-guanina), en el gen HTT que codifica una proteína llamada huntingtina. Como consecuencia, la huntingtina mutada, que es incapaz de cumplir con las funciones propias de la proteína, forma agregados proteicos que provocan la muerte de las neuronas. La mutación es heredable y muestra un patrón dominante, por lo que la inmensa mayoría de los pacientes con Huntington son hijos de personas afectadas, ya que los descendientes de un único progenitor enfermo tendrán un 50 % de probabilidades de heredar la enfermedad. Esto, unido a que generalmente la enfermedad se manifiesta entre los 45 y 55 años de edad, ya pasada la edad reproductiva, provoca que la enfermedad se perpetúe en las familias durante generaciones. Se estima que, aproximadamente 1 de cada 10.000 habitantes de origen europeo padece esta enfermedad, hombres y mujeres indistintamente.
El trabajo de la UPV/EHU se ha centrado en el estudio de potenciales factores modificadores de la edad de inicio de la enfermedad de Huntington, con el objetivo de ampliar el conocimiento acerca de estos factores que podrían funcionar como potenciales dianas terapéuticas para retrasar el inicio de la enfermedad.
“Hemos llevado a cabo un estudio de asociación entre la edad de inicio, el número de tripletes CAG y los factores modificadores seleccionados. Para ello, hemos analizado el triplete CAG de cada paciente y seleccionado y analizado 117 polimorfismos o variantes genéticas en 20 genes, algunos de ellos ya relacionados con la patología. También hemos incluido variables relacionadas con el estilo de vida, hasta la fecha apenas exploradas en cuanto a su relación con la edad de inicio de esta enfermedad, entre ellas el consumo de tabaco o el abuso de alcohol”, explica la investigadora Leire Valcárcel.
“Gracias a este estudio hemos identificado un nuevo gen, nunca antes relacionado con esta patología y mucho menos con su edad de inicio. Pero más importante aún, los resultados obtenidos del análisis de los niveles de expresión de mRNA (RNA mensajero) de ese gen nos han dado información acerca de su posible mecanismo de actuación”, señala Valcárcel. “Las evidencias obtenidas también sugieren que el control sobre factores relacionados con el estilo de vida podrían retrasar la aparición de los síntomas del Huntington en 5 años de media”, añade. La intención de la comunidad científica es intervenir sobre dichos genes o factores para o bien curar la enfermedad o retrasar su aparición lo máximo posible.
Los resultados del estudio no sólo han generado resultados significativos a nivel científico, sino que a nivel hospitalario se ha impulsado la creación de un registro de pacientes y se ha establecido un protocolo de actuación frente al diagnóstico genético y clínico de los pacientes.

miércoles, 6 de mayo de 2015

UNA VACUNA PODRÍA PREVENIR LA DIABETES TIPO 1 EN NIÑOS CON UN ALTO RIESGO


Un pequeño estudio piloto realizado en un grupo de niños con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 podría ser la primera prueba de que es posible una inmunización frente a esta enfermedad. Según el trabajo que se publica en «JAMA», un tratamiento con altas dosis de insulina oral diaria, en comparación con el placebo, genera una respuesta inmune a la insulina sin que haya hipoglucemia, Los datos de este estudio en fase II subrayan la necesidad de iniciar un ensayo en fase 3 para determinar si la insulina oral puede evitar la diabetes en niños de alto riesgo y para avanzar en la posibilidad de una 'vacuna preventiva'.
Se sabe que unas pocas proteínas específicas son a menudo el factor desencadenante de respuestas inmunes que causan enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1. Esto ha llevado a la investigación sobre terapias específicas de antígeno (utilizando una sustancia para iniciar una respuesta inmune) para prevenir, estabilizar o revertir enfermedades inmunes, como las alergias y la esclerosis múltiple. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que puede ser detectada en individuos asintomáticos por la presencia de autoanticuerpos que se desarrollan en los niños. Y una de las aproximaciones para prevenirla es la terapia con antígenos específicos usando insulina antes que se hayan desarrollado autoanticuerpos para así inducir respuestas inmunes protectoras que eviten la aparición de la diabetes 1 en niños con riesgo genético, explican los investigadores del Technische Universitat Dresden (Alemania).
Lo que ahora presenta el grupo de Ezio Bonifacio, del Centro DFG para Terapias Regenerativas de la citada universidad alemana, es un estudio piloto realizado sobre 25 niños con predisposición genética a la diabetes tipo 1. Los expertos asignaron aleatoriamente a estos niños, que tenían autoanticuerpos negativos, una terapia de insulina oral en dosis variables (15 niños) o placebo (10) una vez al día de 3 a 18 meses para evaluar si la insulina oral puede inducir una respuesta inmunitaria potencialmente protectora sin causar efectos adversos. El estudio Pre-POINT se llevó a cabo entre 2009 y 2013 en Alemania, Austria, EE.UU. y el Reino Unido con niños de 2 años a 7 años que tenían un historial familiar de diabetes tipo 1.
Los resultados mostraron respuestas inmunes a la insulina en todos los grupos, pero a mayor dosis, mayor respuesta: 2 de 10 niños (20%) tratados con placebo tuvieron respuestas inmunes; 1 de 6 (16,7%) con 2,5 mg de insulina; 1 de 6 (16,7%) con 7,5 mg; 2 de 6 (33,3%) en los que recibieron 22,5 mg, y en 5 de 6 (83,3%) en los tratados con 67,5 mg de insulina.
 Según los investigadores, sus datos demuestran que la administración oral diaria de 67,5 mg de insulina a niños sanos pero genéticamente en riesgo y sin signos de autoinmunidad produce una respuesta inmune sin hipoglucemia.
En este sentido Anita-Gabriele Ziegler, del Instituto para la investigación en Diabetes de Munich, destaca que en este estudio doble ciego la insulina se administra como una ‘vacuna profiláctica’ a los niños antes de que hubieran desarrollado una respuesta autoinmune, es decir antes de que se producen autoanticuerpos. «Esta es una revolucionaria forma de prevenir la diabetes tipo 1, pero es bastante lógico que si el sistema inmunológico no aprende cómo generar una respuestas protectora por sí mismo, tenemos que darle un poco de ayuda».
Debido a que actualmente ya es posible identificar a los niños con mayor riesgo de diabetes tipo 1 en el momento de su nacimiento y a que sabemos que hay una secuencia de eventos que culmina con el desarrollo de la diabetes tipo 1, Jay S. Skyler, de la Universidad de la Escuela Miller de Medicina de Miami (EE.UU.), en un editorial que acompaña al estudio, habla de prevención primaria de la diabetes tipo 1.
Y para completar el escenario nos falta son «intervenciones para detener este proceso antes de se haya generado un daño irreversible a la célula beta pancreática». En este sentido, a pesar de que todavía no existe una terapia-autoantígeno específico para la prevención de la diabetes tipo 1 en humanos, el estudio Pre-POINT «proporciona evidencia suficiente como para diseñar un ensayo en niños identificados genéticamente».
Los investigadores quieren iniciar la fase III en la que se administrará el tratamiento preventivo al mayor número de bebés que tienen riesgo genético de diabetes tipo 1. Si la vacuna se tiene éxito en la prevención de la enfermedad a largo plazo, abriría la puerta a una amplia cobertura con la vacuna preventiva.

Fuente: ABC


martes, 5 de mayo de 2015

¿POR QUÉ LOS MOSQUITOS TIENEN PREDILECCIÓN POR PICAR A ALGUNAS PERSONAS?

Mucha gente sospecha que su sangre tiene una predilección especial para los mosquitos porque amanecen cubiertos de picaduras mientras a sus compañeros de habitación ni les tocan. Para estas personas, la buena noticia es que los científicos están un paso más cerca de saber por qué sufren tantos picotazos; la mala, que sus hijos herederán este calvario. Porque según un estudio que se conoce hoy, nuestra genética sería el factor determinante en la elección de menú de los mosquitos. La importancia de este asunto, en un mundo en el que millones de personas mueren por enfermedades transmitidas por estos insectos, va mucho más allá del martirio de molestas noches de verano.

Los científicos especulan si algunas personas están desarrollando en sus genes una defensa natural frente a las picaduras
La clave para el hallazgo han sido casi cuarenta parejas de gemelas a las que se ha expuesto a la picadura de los mosquitos. De estas, 18 eran gemelas idénticas —que comparten el 100% de sus genes— y 19 mellizas, para comprobar si su genética determinaba el comportamiendo de los mosquitos. Los mosquitos sí mostraron preferencia entre alguna de las mellizas, mientras que elegían con el mismo interés a las gemelas idénticas, lo cual indica que ahí podría estar la clave. La conclusión es muy clara, según los científicos de las universidades de Londres, Florida y Nottingham que han realizado el estudio: "Nuestros resultados demuestran un componente genético subyacente al tipo de olor humano, una diferencia genética que es detectable por los mosquitos a través de nuestro olor y que se utiliza durante la selección de la persona".
Estudios previos habían mostrado que esencialmente es el olor corporal el elemento clave que atrae a los mosquitos hacia las personas. También se sabía que este atractivo puede variar en función de otros factores: por ejemplo, beber cerveza parece atraer más las picaduras. Estos insectos también se sienten atraídos por la temperatura corporal, el sudor, la emisión de CO2, la ropa de colores oscuros, las bacterias de la piel y las embarazadas, por ejemplo, según han mostrado otros trabajos científicos. Sin embargo, si los mosquitos se encontraran a dos personas tomando cerveza en una terraza, en las mismas condiciones, seguirían teniendo preferencia por una de las dos. Ahora tenemos una buena prueba de que es un regalo de sus padres, vía genes, lo que provoca que algunos se tengan que rascar más.
De los 400 tipos de compuestos que exudan las personas, el 85% tienen un origen genético, pero identificar la combinación que atrae a los mosquitos es una tarea muy complicada. "El siguiente paso es seguir trabajando para determinar los genes implicados en el control del olor corporal que manipula el comportamiento del mosquito", explica James Logan, líder de este estudio que se publica hoy en PLoS ONE. La sangre es un elemento esencial en el ciclo vital de la mayoría de las especies de mosquitos ya que proporcionan a las hembras las proteínas necesarias para producir huevos.
Los investigadores sugieren en su trabajo que quizá la diferencia no se deba tanto a que algunas personas atraen más a estos insectos por reacciones metabólicas sino que, al contrario, algunas estarían desarrollando en sus genes una estrategia de defensa natural que las protege frente a las picaduras, que han sido un notorio vector de transmisión de enfermedades desde hace millones de años.
Todas las gemelas voluntarias escogidas para el estudio habían superado la menopausia, para evitar que factores como el ciclo menstrual influyera en los mosquitos, y se les pidió que no tomaran cerveza, ajo y cebolla para que no surgieran olores específicos que modificaran su comportamiento. Aun así, la muestra es pequeña para dar los resultados como definitivos. La correlación entre las gemelas idénticas es tan alta, sin embargo, que implicaría que la atracción ejercida sobre los mosquitos es tan hereditaria como la altura, uno de los rasgos genéticos más marcados.
"La información de este estudio nos dice más acerca de cómo los mosquitos interactúan con nosotros", asegura Logan, director del Centro de Pruebas para el Control de Artrópodos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. "Cuando identifiquemos los genes implicados seremos capaces de examinar a las personas para determinar su nivel de riesgo ante las picaduras de mosquitos y podríamos desarrollar un fármaco que aumente la producción natural de repelentes en el cuerpo y, por lo tanto, minimizar la necesidad de usar repelentes sobre la piel", afirma. Los mosquitos contagian cada año a millones de personas enfermedades como la malaria y el dengue en todo el mundo, especialmente en países en los que el acceso a cuidados médicos es más problemático.



domingo, 3 de mayo de 2015

DOS PROTEÍNAS INDUCEN AL CÁNCER DE MAMA


Las proteínas actúan como cables que conectan una célula con otra y ayudan a que se comuniquen entre ellas. Su efecto, sin embargo, no es siempre positivo. Un equipo del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) ha descubierto cómo la presencia de dos proteínas induce a las células de las glándulas mamarias a reproducirse sin control, originando un cáncer. Estas alterarían la comunicación física entre las células, facilitando la metástasis.
Hasta ahora, los estudios se centraban en la relación entre los cambios en las señales bioquímicas que reciben las células y la formación de tumores malignos. Sin embargo, “las proteínas son clave en la regulación de las fuerzas [que mueven a las células]”, explicó ayer Xavier Trepat, investigador principal del proyecto.
El estudio, publicado en la revista Nature Cell Biology, empezó en 2011. El grupo de investigadores se centró entonces en dos proteínas asociadas a la reproducción descontrolada de tumores, la E-cadherina y la P-cadherina. Estas dos moléculas que, según Trepat, “miden la fuerza que hay que ejercer para mover las células”, inducían a estas a desplazarse a un ritmo mayor que el habitual. Para medir su efecto, calcularon la fuerza ejercida por las células sobre una muestra de tejido.
Movimiento de las muestras de células incluidas en el estudio. / IBEC
Trepat apuntó que el siguiente paso será crear tumores “que no contengan las proteínas identificadas e insertarlos en animales”. Así, hasta descubrir qué otras moléculas pueden favorecer la metástasis en cada tipo de cáncer, y desarrollar terapias personalizadas. Las aplicaciones del descubrimiento incluyen también la cura de otras enfermedades inflamatorias crónicas.

viernes, 1 de mayo de 2015

LA HARMINA INDUCE A MULTIPLICARSE A LAS CÉLULAS PRODUCTORAS DE INSULINA




Tras examinar más de 100.000 sustancias con potencial farmacológico, se ha logrado encontrar una, la harmina, que induce a multiplicarse a las células beta humanas, productoras de insulina.
La diabetes surge cuando un número insuficiente de células beta en el páncreas segrega una cantidad total insuficiente de insulina, la hormona que se necesita para mantener en su rango normal los niveles de azúcar en sangre. La enfermedad afecta a 380 millones de personas en todo el mundo, y puede conducir a complicaciones médicas importantes: ataque al corazón, derrame cerebral, insuficiencia renal, ceguera y problemas que acarrean la amputación de extremidades.
El equipo del Dr. Andrew Stewart, de la Escuela Icahn de Medicina, dependiente del Centro Médico Monte Sinaí en la ciudad estadounidense de Nueva York, ha comprobado que la harmina conduce a la división y multiplicación sostenidas de las células beta humanas adultas en cultivos, una hazaña que había sido buscada durante años en este campo. Además, el tratamiento con harmina triplicó el número de células beta y llevó a un mejor control del azúcar en sangre en tres grupos de ratones modificados para reproducir la diabetes humana.
La pérdida de células beta productoras de insulina ha sido reconocida desde hace tiempo como la causa de la diabetes tipo 1, en la que el sistema inmunitario ataca y destruye erróneamente a dichas células. En años recientes, diversos investigadores han concluido que un déficit de células beta funcionales contribuye también de manera importante a la diabetes tipo 2. Así pues, desarrollar fármacos que puedan incrementar el número de células beta sanas es una alta prioridad en la investigación sobre formas de tratar la diabetes