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viernes, 27 de junio de 2014

EL COLESTEROL BUENO REDUCE LA EXPANSIÓN DE LAS CÉLULAS CANCERÍGENAS Y EL MALO LA ESTIMULA


El colesterol malo es un factor de riesgo bien conocido para el infarto y otras enfermedades vasculares. Pero un equipo internacional dirigido por Carlos Enrich, de la Universidad de Barcelona, le apunta ahora también como un probable responsable de las metástasis, las réplicas de un tumor en otros órganos que suelen matar a los pacientes de cáncer. En modelos celulares del cáncer humano, los científicos demuestran que el colesterol malo (LDL, o lipoproteínas de baja densidad) estimula a las células cancerosas a moverse y diseminarse. A la inversa, el colesterol bueno (HDL, o lipoproteínas de alta densidad) se opone a esos mismos mecanismos moleculares. El trabajo indica una nueva estrategia contra la metástasis, el verdadero verdugo de las personas con cáncer.
“La metástasis es uno de los grandes asuntos que hacen el cáncer tan difícil de tratar”, dice Enrich, “y los investigadores reconocen desde hace tiempo que un mejor entendimiento de la diseminación del cáncer puede darnos la oportunidad de mejorar el tratamiento del cáncer”. Enrich ha dirigido un equipo del departamento de Biología Celular de la Universidad de Barcelona y otros institutos de la misma ciudad, junto a las universidades de Sidney, Brisbane y Nueva Gales del Sur en Australia, Atenas y Hamburgo. Los 22 investigadores publican el trabajo en Cell Reports.
Las células del cuerpo humano se unen a sus vecinas mediante unas proteínas de su membrana llamadas integrinas. “Funcionan como un velcro”, explica Enrich. Las diferentes configuraciones de ese velcro, sin embargo, también están implicadas en la diseminación de las células cancerosas desde su tumor original hasta otros tejidos vecinos, o a otros órganos lejanos a través de la sangre o el circuito linfático (de ahí el frecuente interés de los médicos por examinar los nódulos linfáticos). Las integrinas tienen un papel esencial en la capacidad de esas células viajeras para adherirse a los nuevos órganos e invadirlos.
Y es justo ahí donde interviene el colesterol: en el tráfico intracelular que determina qué integrinas y cuántas se integran en la membrana de la célula cancerosa. “Lo que más nos interesó es que el colesterol, una de las principales grasas de nuestro cuerpo, se revelaba como necesario para mantener las integrinas en la superficie de las células cancerosas”, explica Enrich sobre la génesis de su trabajo. “Pero hasta ahora no se sabía de dónde venía ese colesterol, ni cómo se le podría manipular para ayudar en el tratamiento del cáncer”. Esto es lo que aclara la nueva investigación.
El colesterol es insoluble en la sangre, como cualquier grasa es insoluble en agua. Para viajar por la sangre tiene que unirse a complejos de proteínas, formando lipoproteínas (grasas unidas a proteínas), que vienen en dos modelos: las de baja densidad (LDL) transportan el colesterol recién sintetizado en el hígado hasta otros órganos; las de alta densidad (HDL) retiran el exceso de colesterol de esos órganos y lo devuelven al hígado. Idealmente, el hígado se entera así de que ya sobra colesterol y deja de sintetizarlo, o incluso empieza a degradarlo.
Los términos malo (LDL) y bueno (HDL) se acuñaron en el contexto de la enfermedad cardiovascular, porque las LDL son la fuente primordial de colesterol para los depósitos escleróticos que van obturando las arterias. Las HDL no solo evitan servir colesterol a esos depósitos, sino que lo retiran de ellos en ciertas condiciones.
Pero ahora, curiosamente, los términos bueno y malo se pueden extender al ámbito completamente distinto de la metástasis tumoral. También ahí, por lo que indica la investigación de Enrich y su equipo, el colesterol malo (LDL) estimula la capacidad invasiva de las células cancerosas, mientras que el bueno (HDL) la reduce. Parece ser que, en este asunto al menos, el que es bueno, lo es en cualquier parte.
Composición del HDL

“Nuestro trabajo está aún lejos de la aplicación clínica”, admite el director del estudio, Carlos Enrich, “aunque hay médicos interesados en el hospital; una idea bastante obvia serían las terapias combinadas con estatinas (fármacos anticolesterol), ya que estas moléculas están comercializadas para bajar sobre todo el colesterol malo (LDL); pero de momento son solo ideas”. Y en el caso de pacientes que además del cáncer tengan un historial cardiovascular, habría que personalizar con mucha finura los protocolos.
“Mucha gente se ha preocupado por el efecto de los niveles de colesterol fuera de la célula”, añade Enrich, “pero ha habido muy poca investigación sobre lo que hace dentro de la célula, que parece ser un control muy fino, muy sofisticado, del tráfico vesicular”. La célula posee una red de extraordinaria complejidad que conecta su membrana externa —su interfaz al entorno— con las vesículas, o esferitas de membrana, que se desprenden hacia dentro cada milisegundo y transportan su carga hacia las redes de cisternas cercanas al núcleo celular, como el aparato de Golgi y el retículo endoplásmico. Que el colesterol bueno, en el sentido cardiovascular, siga siendo bueno para frenar la invasividad de la célula cancerosa, debe considerarse por ahora una casualidad.
En cualquier caso, el científico de Barcelona recuerda que el colesterol es un componente esencial de la membrana de las células humanas, y que por tanto las células cancerosas —que proliferan deprisa— necesitan mucho colesterol para prosperar. La grasa más amada y odiada por los cardiacos se ha abierto un camino en oncología.

jueves, 26 de junio de 2014

LOS HELICATOS PODRÍAN SER ÚTILES EN EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER


Según Globocan, estudio mundial sobre el cáncer realizado el 2012, habría 14,1 millones de nuevos casos de esta enfermedad. Actualmente, los tratamientos más usados para combatirlo son la quimioterapia y la radioterapia, que buscan frenar su propagación, matando las células cancerígenas que se caracterizan por su rápido crecimiento. No obstante, en dicho proceso, también mueren células sanas: las del pelo, mucosa gástrica, sangre, etc., efectos secundarios que hacen que estos tratamientos poco específicos sean destructivos.
Una contribución que ayudaría a cambiar esta situación es el desarrollo de compuestos que presenten una mayor selectividad frente a un blanco biológico determinado, línea en la que trabaja el Dr. Luis Lemus, académico de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago (Chile), quien lidera el proyecto Fondecyt de Iniciación “Estudio de Helicatos como coordinadores de ADN”, cuyos resultados podrían ayudar al desarrollo de drogas más específicas para combatir el cáncer.
“Estas moléculas (helicatos) tienen la capacidad de unirse a las hebras de ADN mediante interacciones específicas y fuertes, modificando así su estructura. Esto provoca que el material genético no se pueda replicar en el interior de la célula. Lo trascendente es que las células que producen la mayor cantidad de ADN son la células cancerígenas, por lo que podrían potencialmente ser un tratamiento contra la progresión del cáncer”, destaca el académico.
Para avanzar en el tratamiento de esta enfermedad, primero es preciso profundizar en el conocimiento de este tipo de compuestos, los cuales se comenzaron a investigar hace menos de 30 años. En la actualidad, según indica el investigador, existen pocos grupos en el mundo que estudian el uso de helicatos como drogas contra el cáncer, y aún no se indaga en la influencia que el tipo de interacción que se establece, tiene sobre la modificación estructural del ADN, línea que el Dr. Lemus pretende desarrollar.
“Los helicatos son moléculas inorgánicas quirales, con forma de hélice similar a la forma del ADN, donde cada molécula tiene un sentido de giro pre-definido por su estructura. Estas moléculas de carga positiva, interactúan con moléculas cargadas negativamente, en este caso el ADN. Posterior a esta atracción electrostática, el ADN tiene la capacidad de reconocer y establecer selectivamente interacciones secundarias con helicatos con cierto sentido de giro mejor que otro”, volviéndose importante la documentación de este fenómeno.




Este proyecto se implementará en dos etapas. En primer lugar se realizará la síntesis y el estudio estructural de diferentes tipos de helicatos con distintos metales de transición; y una segunda fase, pruebas con ADN donde se evaluará la afinidad de las moléculas hacia el ADN y el grado de modificación que los helicatos le causarían a éste.
Respecto a las proyecciones del estudio, el académico señala que, a futuro, “sería ideal evaluar éstos compuestos frente a células cancerígenas y así probar si son capaces de provocar su muerte. Sin embargo, hoy buscamos definir conocimiento muy básico porque no existe y adquirirlo servirá para otros grupos y para nosotros mismos también”.
Parte de los propósitos que el Dr. Lemus tiene con este proyecto, es la formación de un grupo de investigación dedicado al estudio de complejos inorgánicos con aplicaciones biológicas. En Chile, cuenta el académico, el área está poco desarrollada por lo que la ejecución de este estudio podría dar origen a la formación de una línea investigativa nueva dentro de la Universidad y el país.
“Nosotros contamos con el espacio físico, equipamiento y experiencia en síntesis para cumplir los objetivos iniciales de este proyecto, pero también necesitamos la colaboración de otros investigadores que puedan aportar con el conocimiento biológico para darle mayor valor a la investigación. Este proyecto es un primer paso dentro de las expectativas que como grupo tenemos”, expresa el Dr. Lemus.


miércoles, 25 de junio de 2014

UNA DIETA BAJA EN CALORÍAS PODRÍA REDUCIR LA METÁSTASIS EN EL CÁNCER DE MAMA


Reducir la ingesta calórica, sin caer en la desnutrición, podría ser una herramienta a nuestro alcance para vivir más años o hacerlo sin enfermedades cardiovasculares o diabetes. Pero los beneficios de comer menos también podrían ser importantes para las mujeres diagnosticadas con uno de los tumores de mama que tiene el crecimiento más rápido, el llamado «triple negativo». En un experimento con ratones diseñados para padecer esta forma agresiva de cáncer de mama, se ha comprobado que la dieta ayudaría a evitar que el tumor se extienda a otras zonas del organismo y aparezca la temida metástasis.
Estos sorprendentes resultados, aunque muy precoces, se han presentado en la revista médica, «Breast Cancer Research and Treatment».
En el experimento se comprobó que cuando se redujo a los ratones con cáncer el acceso a la comida y se les alimentó con un 30 por ciento menos de calorías, sus células cancerosas redujeron su producción de microRNAs 17 y 20. Este biomarcador es una señal de metástasis en este tipo de tumores. Sin embargo, la producción aumentaba cuando se les dejó comer con libertad, sin ningún tipo de restricción a la comida. En opinión de Nicole Simone, profesor del Departamento de Oncología Radioterápica de la Universidad Thomas Jefferson, de alguna manera, «la dieta proporciona cambios epigenéticos» que protegió a los ratones de la metástasis, cuando resulta más difìcil controlar un cáncer.

Desde hace años se especula con la relación que el sobrepeso y la obesidad juega en la aparición del cáncer. Pero se tiene menos claro el papel que pueden jugar los kilos de más cuando la enfermedad ya ha hecho acto de presencia. En el caso del cáncer de mama, los propios tratamientos son los responsables del aumento de peso de las pacientes. Con frecuencia se les trata con terapia hormonal para bloquear el crecimiento del tumor y con esteroides para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia. Ambos, en combinación, pueden alterar el metabolismo y producir un aumento de peso durante el primer año de tratamiento.
La experiencia de los oncólogos indica que las pacientes que engordan mucho durante la terapia tienen peores resultados.
En otras investigaciones, el grupo de Simone mostró que también la restricción calórica puede potenciar los efectos de la radiación y este nuevo estudio anima a seguir investigando la influencia del metabolismo femenino en los resultados de las terapias.
El trabajo de Simone también ofrece una nueva pista para desarrollar nuevos fármacos y detectar precozmente los casos en los que son más fáciles de extenderse y colonizar a otros órganos. Se haría mirando esos microRNAs (17 y 20) que actuarían como biomarcadores.
Ahora queda comprobar si estos resultados se pueden trasladar a enfermos de verdad. El mismo grupo de la Universidad Thomas Jefferson está organizando un ensayo clínico en el que enrolarará a mujeres con cáncer de mama que necesiten radioterapia. El ensayo se llama CaReFOR (Investigación Oncológica con Restricción Calórica, en su acrónimo en inglés).

martes, 24 de junio de 2014

EL SENTIDO DEL GUSTO EN LA OBESIDAD


El sentido del gusto puede ser fundamental para entender cómo se produce la obesidad,tal y como ya han sugerido algunos estudios al establecer una relación entre el cerebro y el riesgo de obesidad. Ahora, un trabajo de la Universidad de Deakin (Australia) ha visto que aquellas personas que carecen del sentido del ‘gusto’ para saborear las grasas de los alimentos comen bastante más en el almuerzo después de un desayuno rico en grasas que aquellos que sí perciben las grasas.
Los resultados, explica Deakin Russell Keast, autor del trabajo que se publica en «Appetite» sugieren que la capacidad de comer grasa está relacionado con sensación de ‘estar lleno’. «Si una persona no percibe la grasa de los alimentos y tampoco experimenta la sensación de estar saciada, que se relaciona con el consumo de alimentos grasos, es más que probable que después de haber ingerido una comida rica en grasa sea capaz de volver a comer, es decir, a consumir más energía, algo que, como todos sabemos, en la mayoría de los casos conduce a la obesidad y el sobrepeso»
En primer lugar los investigadores evaluaron la sensibilidad de los participantes al gusto por la grasas. A continuación comieron, durante cuatro días, un desayuno rico en grasas, carbohidratos y proteínas y se les proporcionó a cada uno un almuerzo estilo buffet que incluía una gran variedad de alimentos. Los expertos valoraron la cantidad de la energía consumida en el almuerzo y la sensación de hambre y saciedad percibida por los participantes.
La investigación se basa en el trabajo previo del profesor Keast quien asegura que además de los sabores ya conocidos - dulce, salado, ácido, amargo y umami- existe uno más: el gusto por las grasas. De esta forma, este investigador asegura que la capacidad de probar la grasa se asocia con el desarrollo de la obesidad. «Cada vez está más claro que nuestra capacidad de probar la grasa es un factor en el desarrollo de la obesidad», señala Keast.
El experto afirma que todos tenemos un ‘umbral de sabor de la grasa’ y, mientras que algunas personas tienen una alta sensibilidad al gusto y son propensos a comer menos alimentos grasos, otros son menos sensibles y no pueden saborear la grasa, «lo que les hace más propensos a comer un exceso alimentos ricos en grasas». Y ahora, «gracias a este último estudio vemos que una baja sensibilidad al gusto por las grasas deteriora la capacidad del cuerpo para registrar las señales de saciedad que normalmente provienen al comer alimentos grasos».
En su opinión esta hallazgo sugiere una nueva aproximación para tratar la obesidad el aumento de la sensibilidad gustativa a la grasa en aquellas personas que son insensibles a ella. 

lunes, 23 de junio de 2014

LA DIABETES DAÑA MÁS EL CORAZÓN DE LAS MUJERES QUE EL DE LOS HOMBRES

Las mujeres con diabetes tienen un 44% más de probabilidades de desarrollar enfermedad cardiaca coronaria que los varones con diabetes, independientemente de las diferencias de sexo en los niveles de otros factores importantes de riesgo cardiovascular. Lo dice un estudio que se publica en «Diabetologia» y que ha analizado datos de más de 850.000 personas, datos que se remontan a casi 50 años, de 1966 a 2011, y proceden de 64 estudios. Según la información, las mujeres con diabetes tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar enfermedad coronaria que aquellas sin diabetes, mientras que en el caso de los varones, el riesgo era del doble.
Los autores, Rachel Huxley, de la Universidad de Queensland (Australia); Sanne Peters, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y del Centro Médico de la Universidad de Utrecht (Holanda), y el profesor Mark Woodward, del Instituto George para la Salud Global, (Australia), afirman que es el estudio más grande de este tipo y respalda los hallazgos de análisis más pequeños, incluyendo un menor número de estudios que mostraron un 46 por ciento más de riesgo de morir por enfermedades del corazón en las mujeres con diabetes en comparación con los hombres con diabetes.


En este nuevo análisis la diferencia de sexo en el riesgo relacionado con la diabetes para un incidente cardiovascular fue consistente en los subgrupos definidos por edad y región y se mantuvo sin cambios después de excluir los eventos cardiovasculares no fatales. Los autores discuten varias razones posibles que marcan la diferencia. Sobre todo en el pasado, las mujeres han sido infratratadas de los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular, pero, incluso en las poblaciones más contemporáneas, cuando la diabetes se trata de forma parecida a los hombres, las mujeres han tenido en general menos probabilidades de lograr los objetivos del tratamiento.
Los autores, igual que otros antes que ellos, especulan con que las mujeres pueden deteriorarse metabólicamente aún más que los hombres que se convierte en diabéticos, por lo que están en un punto de partida peor incluso antes de comenzar el tratamiento. Por otra parte, en el estado prediabético donde la tolerancia de la glucosa ya puede verse afectada pero no cumple con todos los criterios diagnósticos de diabetes, los niveles de los factores de riesgo son más elevados en las mujeres que en los hombres.

Por ejemplo, según el 'UK General Practice Research Database', el índice de masa corporal de los individuos en el momento del diagnóstico de la diabetes era, en promedio, casi dos unidades enteras más alto (1,8 kg/m2) en las mujeres que en los hombres. «Es concebible, por tanto, que el exceso de riesgo de cardiopatía coronaria relacionado con la diabetes en las mujeres puede deberse a una combinación de un mayor deterioro de los niveles de factor de riesgo cardiovascular y un perfil de riesgo cardiovascular crónicamente elevado en el estado prediabético, impulsado por un mayor nivel de adiposidad en las mujeres en comparación con los hombres», afirman.

viernes, 20 de junio de 2014

PROGERINA: PROTEÍNA TÓXICA EN LAS ARTERIAS, PUEDE DAR CLAVES PARA CURAR LA PROGERIA


Los niños con progeria, una enfermedad rara que causa envejecimiento prematuro, mueren en la adolescencia de enfermedades que son comunes en gente mayor: insuficiencia cardiaca y accidente cerebrovascular. De momento no hay ninguna cura, pero ahora, el equipo de Kan Cao, de la Universidad de Maryland (EE.UU.) acaba de dar un paso de ‘gigante’ para que algún día la haya.
Los investigadores acaban de demostrar que una proteína tóxica destruye las células musculares en las arterias de estos pacientes; y ello hace sospechar a los investigadores que las arterias dañadas están predispuestas a fallar. ¿Qué tiene de relevante esta información? Según los investigadores, que llevaron a cabo su trabajo en células del músculo liso diseñadas por ingeniería genética, un «buen modelo» para analizar fármacos para el tratamiento de la progeria, «puede ayudarnos a entender cómo la enfermedad cardiovascular se desarrolla en personas con envejecimiento normal».
La progeria es extremadamente rara; apenas hay 100 pacientes de todo el mundo diagnosticados y siempre es mortal a una edad temprana, generalmente, alrededor de los 13 años. Tiene el grave inconveniente que es trastorno muy difícil de estudiar, debido a los pocos casos que hay y a su rápido desarrollo y desenlace.
Hasta ahora, los científicos no sabían qué mecanismos podrían causar la muerte en estos pacientes y sólo conocían una mutación genética que hace que sus células produzcan progerina, una forma tóxica de una proteína que, en personas sanas, forma la estructura del esqueleto de los núcleos celulares. Cao y otros expertos ya habían visto en trabajo previos que esta proteína se acumula en las células de personas de edad avanzada, lo que sugiere que también está vinculada al envejecimiento normal, aunque se ignoraban sus efectos en las células musculares lisas.
Los investigadores, cuyo trabajo se publica en «PNAS» vieron que en ratones con una forma de progeria generada mediante ingeniería genética éstos perdieron la mayor parte de las células del músculo liso en sus arterias más grandes. Este tipo de músculos, que participa en el movimiento involuntario, está presente en el revestimiento de muchos órganos internos, incluyendo los vasos sanguíneos. Debido a que fue imposible obtener células musculares lisas humanas de pacientes con progeria para su estudio porque el proceso hubiera sido demasiado invasivo, Cao y su equipo emplearon células madre adultas pluripotentes inducidas reprogramadas para comportarse como células madre embrionarias y que fueran capaces de desarrollarse en una variedad de tipos de células.
En un primer estudio, los investigadores indujeron a un grupo de células de la piel de pacientes con progeria y de adultos normales a que se conviertan en células de músculo liso; a continuación compararon los procesos de reproducción y descomposición celular de las células sanas con los mismos procesos en las células que contenían la mutación progeria. Ambos grupos de células de músculo liso comenzaron a multiplicarse pero, a las dos semanas, las células procedentes de pacientes con progeria se estabilizaron; es decir, morían la misma cantidad de células que se reproducían. Los investigadores descubrieron que éstas acumulaban la proteína tóxica progerina y tenían además niveles anormalmente bajos de PARP-1, una proteína que es importante en la reparación de daño celular .
Es decir, señalan los investigadores, las células del músculo liso fabricadas a partir de células de la piel de pacientes con progeria, al tener niveles de progerina y bajos niveles de PARP-1, no podían emplear el método de reparación celular más preciso. En su lugar se produce una ‘reparación defectuosa’ con segmentos de ADN que se localizan en las inmediaciones y, por lo general, tienen la secuencia errónea. Esto hace que después de las reparaciones defectuosas estas células no pudieron dividir su contenido de manera uniforme durante la mitosis. Y, aunque algunas células siguieron tratando de dividirse, murieron al intentarlo, lo que se conoce como «catástrofe mitótica», mientras que otras pudieron dividirse y terminaron como una célula con dos núcleos.
Los investigadores creen que después de este proceso las arterias se dañan fácilmente con esfuerzos como la presión arterial, que las expone al fracaso en forma de enfermedad de la arteria coronaria o accidente cerebrovascular. En una segunda fase, los investigadores tratarán de determinar por qué las células de progeria no utilizan la mejor vía para la reparación para los daños en el ADN.

jueves, 19 de junio de 2014

COMO EL SISTEMA INMUNE DE LOS NIÑOS ATACA A LA MALARIA










En Tanzania, donde la enfermedad hace estragos, los especialistas hallaron a un grupo de niños que son inmunes a la malaria.
"Las pruebas revelaron que su sistema inmune produce un anticuerpo que ataca al parásito que causa la malaria", explicó Rebecca Morelle, periodista de salud de la BBC.
"Atrapa los pequeños organismos de los glóbulos rojos, evitando que se extiendan por todo el cuerpo", agregó.
El equipo de investigación descubrió que tras inyectar una forma de este anticuerpo a ratones, protegía a estos animales de la malaria.
El profesor Jake Kurtis, director del Centro para la Investigación de Salud Internacional del hospital de la escuela de medicina Brown, dijo que "existe evidencias bastante completas de que este es un candidato de vacuna de buena fe".
"No obstante, es un parásito increíblemente difícil de atacar. Ha tenido millones de años de evolución para adaptarse a nuestras respuestas inmunes, es realmente un enemigo fantástico".
Para esta investigación, los especialistas estudiaron desde su nacimiento a 1.000 niños en Tanzania.
Un pequeño grupo -aproximadamente el 6%- resultó ser naturalmente resistente a la malaria, a pesar de vivir en una zona con un alto índice de infección.
"Hay unos individuos que son resistentes y otros que no", explicó Kurtis. "Nos preguntamos cuáles serían los anticuerpos específicos presentes en los niños resistentes que no estaban en los susceptibles".

Y descubrieron que un anticuerpo producido por los niños inmunes ataca al parásito de la malaria en una etapa clave de su ciclo de vida: atrapa a los microrganismos en la sangre, antes de propagarse por todo el cuerpo.
Morelle informó que las pruebas realizadas en un pequeño grupo de ratones indican que este anticuerpo puede actuar como una posible vacuna.
"El índice de supervivencia era el doble si los ratones estaban vacunados, comparado con lo que no, y el número de parásitos en la sangre era cuatro veces menor en los animales vacunados", contó Kurtis.
Si bien científicos califican este estudio como 'alentador', consideran que se necesitan hacer pruebas en primates y humanos para evaluar en profundidad la vacuna.
La periodista de salud explica que este trabajo es una de las muchas posibilidades que se están explorando para encontrar una vacuna efectiva contra esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud estima que en 2012 más de 660.000 personas murieron a causa de esta enfermedad. El 90% de esas muertes ocurrió en el África subsahariana.


martes, 17 de junio de 2014

Chd5: LA PROTEÍNA QUE HACE QUE LOS HOMBRES NO SEAN FÉRTILES


La clave de la infertilidad masculina podría estar en única proteína, esencial para el desarrollo del esperma. Lo dice un equipo de los investigadores del Cold Spring Harbor Laboratory (EE.UU.) que en un trabajo que se publica en «Nature Communications» explica cómo una proteína controla el proceso de «empaquetamiento» del ADN encargado de proteger la información genética del hombre.
El esperma, explica el autor del trabajo, Alea Mills, no es más que un vehículo de reparto de la información genética de un hombre. Las células especializadas son poco más que un haz de ADN impulsado por motores moleculares y, por ello, son diminutas: de la cabeza a la cola una célula de esperma mide sólo 50 micrómetros de largo (un huevo es 30 veces más grande). Este mínimo tamaño tiene sus ventajas, asegura Mills, pero también inconvenientes: el material genético del varón debe ser muy bien empaquetado para que quepa en un espacio tan minúsculo.
Pero este problema de empaquetado no es exclusivo de los espermatozoides. Cada célula contiene un genoma humano completo, que tiene un extensión de casi dos metros si se despliega. Para contener esta longitud masiva de ADN las células comprimen nuestra información genética. Así, en cada núcleo de la célula el ADN se enrolla como un hilo alrededor de carretes de proteínas, llamadas histonas. Y dicho hilo, comenta Mills, puede desenrollarse fácilmente en cualquier momento para permitir el acceso a la información genética. Sin embargo, en los espermatozoides el problema de embalaje es mucho más grave, ya que su ADN está aún más condensado. Para resolver el problema, las histonas se sustituyen por pequeñas proteínas llamadas protaminas. Y este proceso de reenvasado, llamado remodelación de la cromatina, es absolutamente esencial para la fertilidad masculina.

En el trabajo, Mills y su equipo han identificado una proteína, llamada CHD5 , como un regulador clave de la remodelación de la cromatina durante el desarrollo de los espermatozoides. Lo que ha hecho su equipo es eliminar las dos copias del gen CHD5 de ratones machos y así han descubierto que estos animales tenían defectos de fertilidad graves, que van desde el número de espermatozoides a la disminución de la motilidad espermática. Y vieron que dicho esperma defectuoso fracasó al fertilizar los huevos cuando se realizó la fertilización in vitro (FIV).
Mills ha estado interesado en CHD5 desde el momento en que su equipo descubrió en 2007 que actúa como un supresor tumoral, que puede impedir que las células se conviertan en cancerosas. «Sabemos que esta habilidad tiene algo que ver con la remodelación de la cromatina -que cuando es defectuosa hace que las células normales se transformen en tumores –afirma-. Pero la reorganización de la cromatina más importante se produce cuando las células especializadas que llevan nuestro mapa genético se convierten en células espermática. Por eso, tiene sentido que CHD5 esté funcionando en este proceso».
Esto es, de hecho, lo que encontraron Mills y su equipo. Cuando CHD5 no está presente, la remodelación de la cromatina se interrumpe y las histonas no se sustituyen de manera eficiente con protaminas para volver a empaquetar el ADN, lo que produce un genoma más desigual, menos condensado.

Los investigadores han visto que este cambio en el empaquetado del ADN tiene efectos dramáticos sobre el propio ADN: si no hay CHD5, la doble hélice se daña, se rompe en múltiples puntos a lo largo del genoma. «Así que además de la infertilidad –afirma Mills-, la pérdida de CHD5 puede predisponer a las futuras generaciones a un mayor riesgo de enfermedad». Según Mills, «CHD5 puede proteger a una persona de patologías relacionadas con el daño del ADN y las mutaciones espontáneas, como el cáncer y el autismo».
Los investigadores están ahora analizando el papel de CHD5 en la fertilidad humana a partir de información obtenida de las biopsias de testículos obtenidas de hombres con problemas de fertilidad. «Hemos encontrado que los que tienen los defectos más graves tenían los niveles más bajos de CHD5 y, aunque de momento es solo una asociación, estamos deseosos de entender completamente cómo CHD5 afecta el desarrollo del esperma en el hombre».

lunes, 16 de junio de 2014

EUROPA AUTORIZA UN NUEVO FÁRMACO PARA NIÑOS CON DISTROFIA MUSCULAR DE DUCHENNE

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha dado el visto bueno a un nuevo medicamento para niños afectados por distrofia de Duchenne, una degeneración muscular progresiva que afecta a unas 18.600 personas en Europa.
El tratamiento, ataluren (comercializado como Translarna), ha sido autorizado como un medicamento huérfano para esta patología, una figura administrativa que ha permitido su autorización por la vía rápida y que permitirá su uso en niños mayores de cinco años que aún puedan caminar y para los que no existe otro tratamiento disponible en la actualidad.
La distrofia de Duchenne es una enfermedad genética ligada al cromosoma X recesivo y causada por un defecto en la distrofina, una proteína fundamental para el normal funcionamiento de los múculos. Por culpa de este defecto, estos niños suelen tener problemas de movilidad a partir de los seis u ocho años y es habitual que necesiten una silla de ruedas antes de llegar a la adolescencia. La esperanza de vida ronda apenas los 30 años.
Ataluren no es un medicamento útil para todos los afectados por Duchenne, como explica la EMA en un comunicado, sino únicamente para un subgrupo con un defecto concreto en el gen productor de la distrofina. El mecanismo de acción del fármaco, una suerte de terapia génica, permite a ese subgrupo de pacientes sortear ese decreto en el engranaje de sus células, para que éstas sean capaces de producir una especie de distrofina funcional.
Aunque el pasado mes de enero la propia EMA emitió una opinión negativa contra la autorización del fármaco, una nueva revisión de los datos aportados por el fabricante (PTC Therapeutics Limited) ha permitido ahora su autorización. Eso sí, la compañía tendrá que seguir aportando nuevos datos confirmatorios. La decisión de la EMA será remitida ahora a la Comisión Europea para que la puedan adoptar todos los países miembros.
Como explicaba el doctor Vílchez a EL MUNDO, en esta autorización han tenido mucho que ver las presiones de las asociaciones de padres que, sobre todo en EEUU, han tenido un importante papel para que se llevasen a cabo nuevos análisis de los datos obtenidos en un primer ensayo clínico en fase III. Aunque los resultados globales del trabajo no mostraron la superioridad de ataluren con respecto a un placebo, cuando sólo se analizó a los pequeños que habían recibido la dosis más baja del fármaco, la mejoría sí era considerable.
Vílchez y otros neurólogos españoles participan en otro de los ensayos clínicos internacionales que se están llevando a cabo en la actualidad para tratar de ampliar las posibilidades de tratamiento de estos niños, cuyo único tratamiento paliativo disponible por el momento son los corticoides. Ese ensayo pretende demostrar la utilidad de tadalafilo (un 'primo' cercano de Viagra) para favorecer la vasodilatación y mejorar la salud muscular de estos pequeños.
Además de ataluren, tadalafilo, y la propia Viagra (con la que también se está ensayando), existe un cuarto medicamento en estudio, eteplirsen, diseñado para otro subgrupo de pacientes.

viernes, 13 de junio de 2014

EL SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA SE VINCULA A CAMBIOS CEREBRALES




Un estudio de imágenes cerebrales ha mostrado que los pacientes con síndrome de fatiga crónica tienen respuestas reducidas en una región del cerebro relacionada con la fatiga. El hallazgo, que se publica en Plos One, sugiere que el síndrome de fatiga crónica se asocia con cambios en el cerebro que implican a circuitos cerebrales que regulan la actividad motora y la motivación.
En comparación con individuos sanos, los pacientes con síndrome de fatiga crónica presentaban una menor activación de los ganglios basales, tal y como se midió en las imágenes de resonancia magnética funcional. Esta disminución de la actividad de los ganglios basales también se relacionó con la gravedad de los síntomas de fatiga.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses, el síndrome de fatiga crónica es un trastorno debilitante y complejo que se caracteriza por fatiga intensa que no mejora con reposo en la cama y que puede empeorar con el ejercicio o el estrés mental.
"Elegimos los ganglios basales porque son los objetivos principales de la inflamación en el cerebro", explica el autor principal de este trabajo, Andrew Miller, profesor de Psiquiatría y Ciencias Conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad Emory, en Atlanta, Estados Unidos. "Los resultados de una serie de estudios previos sugieren que el aumento de la inflamación puede ser un factor que contribuye a la fatiga en pacientes con síndrome de fatiga crónica y puede incluso ser la causa en algunos de ellos", añade.
Los ganglios basales son estructuras profundas dentro del cerebro, que se cree que son responsables del control de los movimientos y las respuestas a las recompensas, así como de las funciones cognitivas. Varias enfermedades neurológicas implican una disfunción de los ganglios basales, incluyendo la enfermedad de Parkinson y la de Huntington, por ejemplo.
En anteriores estudios de investigadores de Emory se vio que las personas que toman interferón alfa como tratamiento para la hepatitis C, que puede inducir a la fatiga severa, también muestran una actividad reducida en los ganglios basales. El interferón alfa es una proteína producida naturalmente por el cuerpo, como parte de la respuesta inflamatoria a la infección viral, por lo que la inflamación también se ha vinculado con la fatiga en otros grupos, como los sobrevivientes de cáncer de mama.


"Varios trabajos previos habían sugerido que las respuestas a los virus pueden ser la base de algunos casos de síndrome de fatiga crónica --dice Miller--. Nuestros datos apoyan la idea de que la respuesta inmunitaria del cuerpo a los virus podría estar relacionada con la fatiga, al afectar al cerebro a través de la inflamación. Continuamos estudiando cómo la inflamación afecta los ganglios basales y sus efectos en otras regiones del cerebro y la función cerebral".
Las implicaciones de estos conocimientos en el tratamiento pueden incluir la potencial utilidad de los medicamentos para alterar la respuesta inmunitaria del cuerpo mediante el bloqueo de la inflamación o el suministro de medicamentos que mejoran la función de los ganglios basales, apunta el principal investigador de este trabajo.
Los científicos compararon a 18 pacientes con diagnóstico de síndrome de fatiga crónica con 41 voluntarios sanos. Los 18 pacientes fueron reclutados en base a una encuesta telefónica inicial seguida de extensas evaluaciones clínicas, mediante las cuales se excluyó a las personas con depresión grave o que estaban tomando antidepresivos, menos aquellos con trastornos de ansiedad.
Para la parte de las imágenes cerebrales del estudio, se dijo a los participantes que iban a ganar un dólar si adivinaban correctamente si una tarjeta preseleccionada era de color rojo o negro. Tras su conjetura, se les reveló el color de la tarjeta y fue entonces cuando los investigadores midieron el flujo sanguíneo a los ganglios basales.
La medida clave era cómo de grande era la diferencia de actividad entre el acierto y el fallo. Los que padecían más fatiga crónica tenían los cambios más pequeños, sobre todo en el núcleo caudado derecho y el globo pálido derecho, las dos partes de los ganglios basales.
Los estudios actualmente en marcha en Emory están investigando aún más el impacto de la inflamación en los ganglios basales, incluyendo análisis con tratamientos antiinflamatorios para reducir la fatiga y la pérdida de la motivación en los pacientes con depresión y otros trastornos con inflamación, entre ellos el cáncer.

jueves, 12 de junio de 2014

LA PROTEÍNA RBP4 CAUSA LA INFLAMACIÓN EN LA DIABETES


En un artículo publicado en la revista Cell Metabolism, científicos de la Harvard University, en Estados Unidos, describieron el papel de una proteína secretada por el tejido adiposo y por el hígado –la RBP4– en la activación de las células de defensa productoras de sustancias inflamatorias y en la consiguiente inducción de la resistencia a la insulina.
“Mostramos que la RBP4, una proteína encontrada en concentraciones dos o tres veces más altas en obesos y diabéticos, funciona como disparador de la inflamación en el tejido adiposo. Por ende, dicha molécula constituye un blanco para la elaboración de nuevos medicamentos”, dijo el brasileño Pedro Moraes-Vieira, autor principal de dicho artículo.
Hasta la década de 1990 se creía que la única función de la proteína RBP4 en el organismo consistía en transportar la vitamina A. Sin embargo, estudios epidemiológicos recientes con seres humanos arrojaron como resultado que existe una correlación entre la resistencia a la insulina, la inflamación sistémica y las elevadas concentraciones de RBP4.
En 2005, en una investigación coordinada por Kahn y realizada con ratones, se demostró que la expresión de la proteína RBP4 aumentaba a medida que los animales sanos se volvían resistentes a la insulina.
“Hasta ese momento, no estaba claro cómo operaba el mecanismo mediante el cual la elevación de la RBP4 inducía el trastorno metabólico. Nuestro estudio tenía por objeto entender de qué modo esa proteína podría modular la inflamación, fundamentalmente en el tejido adiposo”, explicó Moraes-Vieira.
Para llevar a cabo la investigación, el grupo se valió de un modelo de ratones transgénicos capaces de expresar la proteína RBP4 en las células musculares. “Nuestros animales presentaban el mismo nivel de elevación de RBP4 en la concentración sanguínea que se observa en humanos obesos o diabéticos; es decir, era alrededor de tres veces mayor que lo normal. Los ratones transgénicos se volvían diabéticos aproximadamente a la sexta semana de vida, aunque siguieran delgados”, comentó Moraes-Vieira.
Mientras que en los ratones la elevación de la RBP4 era el resultado de la transgenia, en el caso de los humanos se presume que su causa puede estar en la expansión del tejido adiposo visceral o en el estrés metabólico provocado por la acumulación de grasa en el hígado, según explicó el investigador.
Cuando los animales transgénicos cumplieron entre ocho y diez semanas de vida, los científicos midieron el índice de masa corporal (IMC), el porcentaje de grasa y de masa magra y las concentraciones de ácidos grasos y de colesterol en sangre, y realizaron test de tolerancia a la glucosa y a la insulina.
Al comparar los resultados con los del grupo de control, formado por ratones con concentraciones normales de RBP4, el grupo transgénico presentó diferencias únicamente en los test de tolerancia a la glucosa y a la insulina, lo que confirmó la diabetes.
Luego de sacrificar a los roedores, los científicos evaluaron la presencia de sustancias inflamatorias en el tejido adiposo visceral y subcutáneo, en el bazo, en los ganglios linfáticos y en el hígado.
“Observamos una gran inflamación en el tejido adiposo visceral, con activación tanto de células del sistema inmunitario innato como del sistema inmunitario adaptativo. Registramos también una inflamación moderada del hígado, con una activación únicamente del sistema inmunológico innato. Esto se debe a que la RBP4 tiende a acumularse mayormente en el tejido adiposo”, comentó Moraes-Vieira.
Mediante el empleo de una técnica conocida como citometría de flujo –que se utiliza para contar, fenotipear, examinar y clasificar células–, los investigadores analizaron los leucocitos presentes en los tejidos inflamados.

“La literatura científica informa acerca de la existencia de dos tipos de macrófagos en el tejido adiposo visceral: un tipo proinflamatorio y otro antiinflamatorio. Observamos que la proteína RBP4 lleva a que los macrófagos antiinflamatorios también empiecen a producir citocinas proinflamatorias. Estos macrófagos transformados activan el sistema inmunitario adaptativo e inducen la producción de linfocitos T CD4 del tipo TH1”, comentó Moraes-Vieira.
De acuerdo con el investigador, las células del tipo TH1 se especializan en secretar una sustancia inflamatoria llamada interferón-gamma (IFN-γ). Cuando se encuentra presente en cantidades excesivas, esta citocina interfiere en la señalización de los adipocitos, activa más aún a los macrófagos e impide la acción eficiente de la insulina.
Para poner a prueba la hipótesis de que los macrófagos –considerados uno de los tipos del células que exhiben antígenos (APCs, por sus siglas en inglés)– eran los responsables de la activación del sistema inmunológico adaptativo y la consiguiente inducción de la inflamación, el grupo llevó adelante otro experimento.
“Aislamos células dendríticas de ratones, que constituyen otro tipo de APC; las activamos con RBP4 y se las inyectamos a ratones sanos. Al cabo de seis semanas de inyecciones semanales, los animales se volvieron diabéticos y desarrollaron una inflamación del tejido adiposo visceral, con una gran concentración de linfocitos del tipo TH1”, comentó Moraes-Vieira.
Un tercer experimento, también realizado con animales transgénicos, reveló que una vía de señalización celular mediada por la proteína JNK resulta fundamental para que se concrete el efecto inflamatorio desencadenado por la RBP4.
“Mediante una colaboración con científicos de la University of Massachusetts, de Estados Unidos, desarrollamos un modelo de ratón transgénico nocaut para la JNK [se silenció el gen responsable de la expresión de la proteína] solamente en los macrófagos. Aislamos entonces los macrófagos proinflamatorios y antiinflamatorios del tejido adiposo visceral de dichos animales y los tratamos con RBP4, pero no se produjo la activación del sistema inmunitario adaptativo. En otras palabras: sin la vía de la JNK, no se desencadena la inflamación”, comentó Moraes-Vieira.
De acuerdo con el investigador, el papel clave de la RBP4 en el desarrollo de diabetes tipo 2 en obesos ha suscitado interés en la industria farmacéutica.
“Existe una empresa que investiga inmunobiológicos potencialmente capaces de disminuir la concentración de RBP4 en la circulación. Esto ayudaría a disminuir la inflamación en el tejido adiposo y, teóricamente, mejoraría la resistencia a la insulina”, afirmó. 

miércoles, 11 de junio de 2014

DOS NUEVOS AVANCES CONTRA LA MALARIA


La revista Science publica esta semana un trabajo que ha permitido descubrir una nueva proteína eficaz contra un antígeno del parásito Plasmodium falciparum, responsable de la malaria. El trabajo lleva la firma de Jonathan Kurtis y su equipo, del Centro de Salud Internacional del Hospital de Rhode Island.
Como él mismo explica a , a diferencia de los antígenos que se investigan en otras vacunas candidatas, su trabajo ha identificado esta nueva pieza que impediría al parásito de la malaria salir de los glóbulos rojos y seguir multiplicándose en el torrente sanguíneo.
  Kurtis identificó que los que desarrollaban anticuerpos contra el antígeno PfSEA-1 (presente en la superficie del parásito) tenían menos casos de malaria y también formas de la enfermedad menos graves. De hecho, cuando replicaron sus observaciones con ratones, los animales inoculados con el anticuerpo tuvieron menos casos de malaria y una supervivencia más prolongada, con una reducción de hasta el 80% de la presencia de parásitos en su organismo en apenas una semana.
Como explica por su parte el doctor Alfredo Mayor, especialista en fisiopatología de la malaria en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en los niños más pequeños de Tanzania, el porcentaje de los que tenían anticuerpos contra esta proteína del parásito de la malaria era sólo del 6%, mientras que en la segunda muestra, ya con adolescentes de Kenia, el porcentaje de individuos con anticuerpos se elevó hasta casi 56%; lo que indicaría que los individuos expuestos desarrollan de forma natural anticuerpos contra este antígeno tras estar en contacto con el parásito.
Kurtis explica que replicar una forma 'artificial' de PfSEA-1 en el laboratorio es técnicamente sencillo "con técnicas estándar de biología molecular", aunque como añade el doctor Mayor, "todo indica que una vacuna basada en esta proteína necesitaría un adyuvante para ser eficaz".
Hasta ahora, la mayor parte de las vacunas candidatas contra la malaria intentan evitar que el parásito penetre en las células del hígado o en los glóbulos rojos. Sin embargo, como añade Kurtis, en este caso, el antígeno impide que salga de las células sanguíneas una vez que está en su interior, impidiendo que el parástito se multiplique y vuelva a salir al torrente sanguíneo a invadir nuevos glóbulos rojos (eritrocitos).
El siguiente paso será iniciar un ensayo en fase I con humanos para comprobar el papel de estos anticuerpos, probablemente combinados con otras vacunas que ataquen otras fases de la malaria en el organismo.



Igual que el sistema anticonceptivo que se implanta debajo de la piel y va liberando las hormonas lentamente, una nueva barrita de silicona de liberación lenta podría servir para proteger contra los mosquitos portadores de la malaria. El dispositivo está aún en fase piloto, pero los investigadores de la Universidad de Navarra que trabajan desde hace años en la idea (bautizada como Malaria Mission) confían en que pueda funcionar. De momento, Carlos Chaccour y su equipo han puesto en marcha una campaña de micromecenazgo a través de internet para recaudar los 15.000 euros que necesitan para continuar sus trabajos en animales. El sistema ideado por Chaccour consiste en un prototipo de silicona capaz de liberar lentamente ivermectina, un compuesto antiparasitario que en trabajos preclínicos y con conejos ha demostrado que puede matar a los mosquitos transmisores de la malaria una vez que pican a su portador.

martes, 10 de junio de 2014

DESCUBREN LA POSIBLE CAUSA DE LA ENFERMEDAD DE KAWASAKI


La causa más probable de la Enfermedad de Kawasaki en Japón es un agente transportado por el viento y que proviene de una fuente en el noroeste de China, según ha anunciado un equipo de científicos de Estados Unidos, España y Japón que ha estudiado a fondo las circunstancias en las que se han producido los casos de esta dolencia cardiaca infantil que puede dañar de forma permanente las arterias coronarias.
La enfermedad de Kawasaki es difícil de diagnosticar y, sin tratamiento, provoca que el 25 por ciento de los niños con la afección desarrollen aneurismas arteriales coronarios (bultos con forma de globo de los vasos del corazón) que podrían acabar resultando en ataques al corazón, insuficiencia cardiaca congestiva o muerte súbita. Los porcentajes de frecuencia del Mal de Kawasaki están aumentando entre la población infantil en Asia, y también en Estados Unidos y en Europa Occidental. Algunos modelos predictivos estiman que hacia 2020 uno de cada 1.600 adultos en EE.UU. estará afectado por la enfermedad.
La enfermedad fue descrita por primera vez en Japón en 1967, y bautizada en reconocimiento a su descubridor, el Dr. Tomisaku Kawasaki. Sin embargo, su causa no pudo ser hallada pese a medio siglo de investigaciones. Ahora, parece que por fin hay una respuesta convincente.
La Dra. Jane C. Burns, directora del Centro de Investigación de la Enfermedad de Kawasaki, dependiente de la Universidad de California en la ciudad estadounidense de San Diego, reunió a científicos en un equipo internacional para intentar descifrar el claro carácter estacional (su incidencia varía con la estación del año) de esta devastadora enfermedad infantil.
Dándose cuenta de que los brotes en Japón de la Enfermedad de Kawasaki coinciden con ciertos patrones de vientos procedentes de Asia, el científico climático Xavier Rodó y sus colegas del IC3 (Institut Català de Ciències del Clima, o Instituto Catalán de Ciencias del Clima) en Barcelona, y en el ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats, o Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados) también en Barcelona, utilizaron modelos de ordenador para simular las corrientes de aire y el transporte aéreo de partículas durante todos los días desde 1977 que experimentaron un alto número de casos de la enfermedad en Japón, basándose en datos recopilados por Yoshikazu Nakamura y Ritei Uehara en la Universidad Médica Jichi en Japón. El modelado indicó que los casos de la enfermedad en muchos de los lugares japoneses, tanto dentro como fuera de los años de epidemia, alcanzaron su máximo sólo cuando los vientos se originaron en una región densamente cultivada en el noroeste de China, caracterizada por extensas tierras dedicadas al cultivo de cereales.En 2011, los investigadores de Barcelona equiparon un avión en Japón con un innovador dispositivo de filtrado de aire de gran volumen para recoger muestras de aerosoles. 
Con la ayuda de Hiroshi Tanimoto y colegas del Instituto Nacional de Ciencia Medioambiental en Tsukuba, Japón, el avión tomó muestras a altitudes situadas entre los 2 y los 3 kilómetros sobre Japón para evitar los contaminantes de la superficie, y en días pertenecientes a la temporada típica de la enfermedad, cuando las corrientes de aire se originaban sólo en el noroeste de China. Los análisis detallados del microbioma de las muestras realizados por Brent Williams e Ian Lipkin, de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, identificaron a hongos Candida como los predominantes en el aire, un hallazgo que no había sido anteriormente realizado a partir de otras campañas de recogida de muestras de aerosoles en otras regiones del globo. Candida es un género de levaduras (hongos unicelulares) y la causa más habitual de diversas infecciones humanas por hongos.La conclusión a la que han llegado los investigadores es que la causa más probable de la enfermedad de Kawasaki en Japón es una toxina procedente del noroeste de China, posiblemente relacionada con hongos Candida, que han sido relacionados con una vasculitis de 

 arterias coronarias, parecida a la del Mal de Kawasaki, en modelos de ratón.







Los hallazgos clave, tal como destaca Burns, son:

-Los patrones de viento predominantes asociados con casos de la enfermedad en Japón pueden rastrearse hasta el noroeste de China, donde se encuentra la principal región productora de cereales del país.

-La dolencia tiene un tiempo de incubación corto (menos de 24 horas entre la exposición y el inicio de la fiebre), lo que sugiere que la causa no es un organismo infeccioso tradicional, sino más probablemente una toxina, quizá fúngica en origen, que desencadena rápidamente una respuesta inmunitaria en los anfitriones, niños genéticamente susceptibles.

-Al tomar muestras aéreas en Japón durante la temporada invernal de la enfermedad se encontraron inesperadamente altos niveles de hongos Candida dentro del rico microbioma de los vientos troposféricos.

En palabras de Burns, la situación es digna de un caso investigable por Sherlock Holmes. Los datos sugieren que se está haciendo algo nuevo (desde la Segunda Guerra Mundial) en el noroeste de China, probablemente relacionado con la agricultura intensiva. ¿Podría tratarse de la quema de combustible de biomasa durante el invierno, transportándose el agente en la ceniza aerosolizada hacia Japón? ¿Podría haberse iniciado alguna práctica agrícola o cultivo o actividad nuevos a partir de los años 60, cuando empezó a aparecer por primera vez la enfermedad en Japón? ¿Podría ser que un tipo de partícula aerosolizada sea alterada químicamente convirtiéndose en patogénica a medida que viaja a través de las nubes de camino a Japón?
Tal como apunta Burns, el creciente número de casos de la enfermedad en el mundo, especialmente en las Filipinas y la India, podría implicar al mismo agente procedente de otras regiones de origen.





lunes, 9 de junio de 2014

LA PROTEÍNA GDF11 RESTAURA FUNCIONES DEL CEREBRO Y DE LOS MÚSCULOS


La proteína GDF11, según artículos que se publicaron en Science, no solo recupera las células cardiacas en ratones, sino que también mejora sus capacidades intelectuales, rejuveneciéndolas.En concreto, los investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que inyectando la proteína en ratones con una edad equivalente a los 70 años humanos, estos recuperaban capacidades como la del olfato, que habían perdido con el envejecimiento. El hallazgo tiene una lectura muy interesante, ya que esa proteína también la tenemos los humanos.
Doug Melton, codirector del Centro de Terapias con Células Madre y Medicina Regenerativa de Harvard, señaló que “no podía recordar un hallazgo más emocionante. Esto debe darnos esperanzas para tener un futuro más saludable. Todos nos preguntábamos por qué éramos más fuertes y mentalmente más ágiles cuando éramos jóvenes, y estos dos artículos apuntan a una posible respuesta: los niveles más altos de proteína GDF11 que tenemos de jóvenes. Hay pocas dudas de que, al menos en animales, la GDF11 tiene una increíble capacidad para restaurar las funciones del cerebro y los músculos que se pierden con el envejecimiento”.
Los ensayos son, en este caso, dignos de mención. En unos, simplemente se inyectó la proteína a los ratones. En otros, sin embargo, que usó un método mucho más complejo: se unieron los sistemas circulatorios de dos ejemplares, uno joven y otro viejo, de manera que la sangre llegara de forma natural al animal que tenía menor concentración. En ambos casos los resultados fueron similares. Este sistema, aunque aparatoso, tiene la ventaja de que muestra al natural el funcionamiento de la proteína, unas moléculas que no se pueden dar por vía oral porque las enzimas digestivas las degradan.

viernes, 6 de junio de 2014

BACTERIA CON UN PAR DE BASES DEL ADN ARTIFICALES

Si ha habido una constante en 3.500 millones de años de evolución, esta ha sido la naturaleza de la información hereditaria, basada en la doble hélice y un código genético de cuatro letras o bases del ADN apareadas dos a dos.
Un equipo científico de California ha introducido un nuevo par de bases enteramente artificiales en el ADN de una bacteria. Y ha comprobado que son capaces de replicarse y transmitirse de manera estable generación tras generación, justo como sus cuatro colegas naturales.
Esta es la primera vez que el lenguaje básico de la biología y el  objetivo de sus creadores es construir una plataforma óptima para mejorar la producción de fármacos y unos biocombustibles más sostenibles para el medio, también para generar microbios capaces de restaurar los entornos más dañados por los vertidos químicos y otras actividades industriales.
Como explica el jefe del equipo científico, Floyd Romesberg, ninguna de estas bacterias sabrá cómo sintetizar sus nuevas bases artificiales —necesitarán que los técnicos se las aporten como un nutriente externo—, lo que elimina la posibilidad de que puedan escaparse, y evolucionar por su cuenta.

 

jueves, 5 de junio de 2014

SECUENCIAN EL GENOMA DEL ÁGUILA REAL



La  noticia que hoy tratamos es la del logro de la secuencia del genoma del Aquila chrysaetos (águila real), ello ha sido logrado por científicos dirigidos por el Dr. Todd Katzner de la West Virginia University. Este hecho es muy relevante ya que a partir de ello se podrán tomar decisiones de gestión y conservación.

A las conclusiones a las que han llegado los científicos son principalmente:
  • La luz ultravioleta no es percibida por estas aves, y así una posible solución de evitar el choque del águila real contra aerogeneradores, como era pintar los aerogeneradores con pintura ultravioleta, queda descartada.
  • El olfato es muy utilizado, más de lo que se creía, en la detección de presas por parte de esta ave.
A partir del genoma se pueden identificar miles de marcadores genéticos que juntos podrían actuar como una huella de ADN, lo que permite a los investigadores distinguir las aves individuales, después de ellas en una población y determinar el tamaño de la población y el flujo, la paternidad y la variación genética.

Así pues, se podrían detectar posibles patógenos, parásitos y organismos simbióticos del águila real, permitiendo una mejor conservación y gestión. 


miércoles, 4 de junio de 2014

EL COLESTEROL BUENO ( HDL) REDUCE LA METÁSTASIS DE LOS CÁNCERES


El colesterol malo es un factor de riesgo bien conocido para el infarto y otras enfermedades vasculares. Pero un equipo internacional dirigido por Carlos Enrich, de la Universidad de Barcelona, le apunta ahora también como un probable responsable de las metástasis, las réplicas de un tumor en otros órganos que suelen matar a los pacientes de cáncer. En modelos celulares del cáncer humano, los científicos demuestran que el colesterol malo (LDL, o lipoproteínas de baja densidad) estimula a las células cancerosas a moverse y diseminarse. A la inversa, el colesterol bueno (HDL, o lipoproteínas de alta densidad) se opone a esos mismos mecanismos moleculares. El trabajo indica una nueva estrategia contra la metástasis, el verdadero verdugo de las personas con cáncer.
“La metástasis es uno de los grandes asuntos que hacen el cáncer tan difícil de tratar”, dice Enrich, “y los investigadores reconocen desde hace tiempo que un mejor entendimiento de la diseminación del cáncer puede darnos la oportunidad de mejorar el tratamiento del cáncer”. Enrich ha dirigido un equipo del departamento de Biología Celular de la Universidad de Barcelona y otros institutos de la misma ciudad, junto a las universidades de Sidney, Brisbane y Nueva Gales del Sur en Australia, Atenas y Hamburgo. Los 22 investigadores publican el trabajo en Cell Reports.


Las células del cuerpo humano se unen a sus vecinas mediante unas proteínas de su membrana llamadas integrinas. “Funcionan como un velcro”, explica Enrich. Las diferentes configuraciones de ese velcro, sin embargo, también están implicadas en la diseminación de las células cancerosas desde su tumor original hasta otros tejidos vecinos, o a otros órganos lejanos a través de la sangre o el circuito linfático (de ahí el frecuente interés de los médicos por examinar los nódulos linfáticos). Las integrinas tienen un papel esencial en la capacidad de esas células viajeras para adherirse a los nuevos órganos e invadirlos.
Y es justo ahí donde interviene el colesterol: en el tráfico intracelular que determina qué integrinas y cuántas se integran en la membrana de la célula cancerosa. “Lo que más nos interesó es que el colesterol, una de las principales grasas de nuestro cuerpo, se revelaba como necesario para mantener las integrinas en la superficie de las células cancerosas”, explica Enrich sobre la génesis de su trabajo. “Pero hasta ahora no se sabía de dónde venía ese colesterol, ni cómo se le podría manipular para ayudar en el tratamiento del cáncer”. Esto es lo que aclara la nueva investigación.
El colesterol es insoluble en la sangre, como cualquier grasa es insoluble en agua. Para viajar por la sangre tiene que unirse a complejos de proteínas, formando lipoproteínas (grasas unidas a proteínas), que vienen en dos modelos: las de baja densidad (LDL) transportan el colesterol recién sintetizado en el hígado hasta otros órganos; las de alta densidad (HDL) retiran el exceso de colesterol de esos órganos y lo devuelven al hígado. Idealmente, el hígado se entera así de que ya sobra colesterol y deja de sintetizarlo, o incluso empieza a degradarlo.
Los términos malo (LDL) y bueno (HDL) se acuñaron en el contexto de la enfermedad cardiovascular, porque las LDL son la fuente primordial de colesterol para los depósitos escleróticos que van obturando las arterias. Las HDL no solo evitan servir colesterol a esos depósitos, sino que lo retiran de ellos en ciertas condiciones.
Pero ahora, curiosamente, los términos bueno y malo se pueden extender al ámbito completamente distinto de la metástasis tumoral. También ahí, por lo que indica la investigación de Enrich y su equipo, el colesterol malo (LDL) estimula la capacidad invasiva de las células cancerosas, mientras que el bueno (HDL) la reduce.

martes, 3 de junio de 2014

LA CIRCUNCISIÓN PUEDE AYUDAR A PREVENIR EL CÁNCER DE PRÓSTATA


La circuncisión se realiza por diversas razones, incluyendo algunas relacionadas con la religión, la estética o la salud. Ahora una nueva investigación que se publica en «BJU International» puede añadir otra más: según el trabajo, la circuncisión puede ayudar a prevenir el cáncer de próstata en algunos hombres.
Además de la edad avanzada, la ascendencia africana y la historia familiar de cáncer de próstata, no se han establecido definitivamente otros factores de riesgo para el cáncer de próstata. Esto ha impulsado la búsqueda de factores de riesgo modificables. Marie-Élise Parent y Andrea Spence, del Instituto INRS Armand-Frappier de la Universidad de Quebec (Canadá), encabezaron un equipo que diseñó un estudio observacional para investigar la posible asociación entre la circuncisión y el riesgo de cáncer de próstata.
Su análisis, llamado ‘Proteus’ incluyó a 1.590 pacientes con cáncer de próstata diagnosticados en un hospital de Montreal entre 2005 y 2009, así como 1.618 individuos sanos de control. Se llevaron a cabo entrevistas en persona para recoger información sobre los factores sociodemográficos, el estilo de vida y el medio ambiente.
Los hombres circuncidados tenían un riesgo ligeramente menor, aunque no estadísticamente significativo, de desarrollar cáncer de próstata que los hombres no circuncidados. Se detectó que la circuncisión tenía un efecto protector en los hombres circuncidados cuando eran mayores de 35 años, con una disminución del 45% del riesgo gracias al procedimiento.
También se observó un efecto protector débil entre los hombres circuncidados en el plazo de 1 año de su nacimiento, con una disminución del riesgo sólo del 14%. El mayor efecto protector de la circuncisión se vio en los hombres de raza negra, con un 60% menos riesgo si estaban circuncidados.
«Éste es un hallazgo particularmente interesante, ya que los hombres de raza negra tienen las tasas más altas de cáncer de próstata en el mundo y esto nunca se ha explicado», subraya Parent, quien señaló que la circuncisión puede reducir el riesgo de contraer y mantener una infección de transmisión sexual, que se ha postulado como un factor de riesgo para el cáncer de próstata.
Esto puede explicar la reducción del riesgo de cáncer de próstata observada en hombres circuncidados a una edad más joven antes de cualquier posible exposición a la infección. «No sabemos por qué se observó un efecto protector para los hombres circuncidados después de la edad de 35 años. Estos hombres pueden haber tenido una condición patológica del prepucio que lleve a que sean circuncidados», dice.

Otro estudio relacionado también publicado en este revista aborda el tema de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la circuncisión. Estudios previos han encontrado que la circuncisión reduce el riesgo de un hombre de infectarse con el VIH entre un 50% y un 60%, y el procedimiento tiene el potencial de reducir la epidemia del VIH en las zonas del este y sur de África, donde la circuncisión es poco común y la epidemia más grave.

lunes, 2 de junio de 2014

NUEVAS SUSTANCIAS PARA REPELER AL MOSQUITO ANOPHELES


Ciertas sustancias extraídas de plantas podrían servir como base para la formulación de repelentes naturales contra el mosquito de la malaria, una enfermedad que solamente en 2012 mató a más de medio millón de personas (sobre todo, en el África subsahariana).
Así lo muestra un estudio de científicos de Argentina y Sudáfrica, quienes probaron en experimentos con roedores que ingredientes extraídos de diferentes especies de guayabos (como Psidium guajava o Psidium guineense) logran espantar y evitar las picaduras de más del 95 por ciento de los mosquitos que transmiten la infección.
“Las plantas han desarrollado repelentes propios para defenderse de animales herbívoros y resultan una excelente fuente de sustancias contra mosquitos que transmiten enfermedades”, explicó una de las autoras del estudio, la doctora Raquel M. Gleiser, investigadora de CONICET en la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), quien también está examinando la posibilidad de utilizar una estrategia similar contra el vector del dengue a partir de plantas aromáticas argentinas.
En el trabajo contra la malaria, los compuestos investigados podrían permitir el desarrollo de alternativas a los productos sintéticos convencionales, muchos a base de DEET, que resultan ser menos amigables con el medio ambiente y en algunos casos tienen efectos alérgicos y tóxicos.
De todos modos, advirtió Gleiser, “antes de la transferencia al mercado se deben completar otros estudios que incluyen, por ejemplo, confirmar su eficacia cuando son aplicados a humanos, evaluar cuánto dura el efecto repelente y verificar que no sean irritantes para la piel”.

 
Psidium guajava
Psidium guineense